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"No quiero ni pensarlo"

Raúl Entrerríos, que se retira esta temporada, pone voz al temor de los deportistas asturianos por el posible aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio

María López, en el España-Nueva Zelanda de los Juegos de Río 2016. REUTERS

Raúl Entrerríos se llevó una de las mayores decepciones de su carrera deportiva cuando la selección española de balonmano se quedó fuera de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Encantando por la experiencia de Pekín 2008 (bronce) y de Londres 2012 (cuartos de final), el gijonés sabía que Tokio quedaba muy lejos para un jugador que ya tenía 35 años. Por eso, tras asegurarse en enero la plaza olímpica, no podía tener una mejor despedida de su carrera deportiva. Una ilusión que ahora, coronavirus mediante, se ha convertido en pesadilla ante la posibilidad del aplazamiento de los Juegos hasta 2021, o incluso 2022. "Prefiero no pensar en eso", dice Entrerríos desde su casa en Barcelona, poniendo voz a otros muchos deportistas, pero con el agravante de que quizá para él no haya otra oportunidad.

"Con la preocupación y el respeto que merece esta situación". Así afronta Raúl Entrerríos Rodríguez (Gijón, 12 de febrero de 1981) la crisis sanitaria que, entre otras cosas, ha paralizado la actividad deportiva. Desde el viernes, cuando el Barcelona decidió suspender los entrenamientos, Entrerríos ha aplicado a rajatabla el "Yo me quedo en casa", que también difundió a través de un vídeo como capitán de la selección española: "Aquí estoy, disfrutando de la vida familiar e intentando mantenerme activo". A diferencia de otros compañeros, el gijonés no dispone de un gimnasio, por lo que tiene que buscar alternativas para no perder totalmente la forma.

"El preparador físico del club nos ha mandado unos ejercicios que salgo a hacer a la terraza", señala Entrerríos, que relativiza este parón de la actividad deportiva: "Es lo que toca, hay que aceptarlo. Ahora mismo. cuando está muriendo gente, el deporte no es lo más importante. Hay que buscar soluciones y que todo vuelva a la normalidad lo antes posible".

Sobre la posible suspensión de las competiciones pendientes en balonmano que afectan al Barça (Liga Asobal y Liga de Campeones) asegura que es posible que haya que buscar fórmulas para acortarlas, "pero no nos corresponde a nosotros decidir sobre eso". Y respecto a los Juegos, se remite a declaraciones de los dirigentes, como Juan Antonio Samaranch, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional: "Lo que nos llega de momento es que la intención es celebrarlos. También salen noticias sobre la posibilidad de aplazarlos un año, pero prefiero no pensar en ello". Y, por tanto, no especula con la posibilidad de retrasar también su retirada del balonmano.

Otra olímpica gijonesa, María López, también está preocupada por su futuro deportivo, pero a su edad (30 años) que la cita olímpica se retrasara a 2021 no sería tan trascendente. Ahora mismo lo que busca la capitana de la selección española de hockey son soluciones para no oxidarse. Está desde el jueves en su casa de Gijón, tras suspenderse la actividad tanto en el Club de Campo de Madrid como en la selección. "Íbamos a jugar un partido contra Nueva Zelanda, pero el jueves ya nos avisaron que no venían. Y después también tuvimos que suspender una concentración en el CAR de San Cugat".

María López García (Gijón, 16 de febrero de 1990) mira mucho más allá de lo que se ha perdido el pasado fin de semana. Después del diploma (octavo puesto) de su debut olímpico en Río, ella y sus compañeras de selección afrontan con muchas ganas la cita de Tokio, para la que ya están clasificadas. "Lo primero es lo primero", dice en referencia a las medidas que se han tomado para frenar la propagación del virus: "Cuanto antes la gente se quede en casa, antes se solucionará y podremos volver a la normalidad". López predica con el ejemplo: "Desde el jueves solo salía de casa para ir a correr. Y a partir del domingo, ni eso, solo algunos ejercicios para intentar cumplir el plan físico que nos dieron". Confía en que finalmente los Juegos de Tokio se celebren en las fechas previstas (24 de julio al 9 de agosto) "porque ahora en Asia la situación está más controlada", pero añade que "si finalmente hay que hacerlos el año que viene, que se hagan".

La jugadora gijonesa considera que el hockey es el ejemplo claro de un deporte que vive para los Juegos: "No es solo este año de trabajo lo que está en el aire, sino los últimos cuatro. El de esta selección es un proyecto que terminaba en agosto de 2020. El aplazamiento supondría un esfuerzo más para todas. Precisamente, marzo y abril era un bloque con mucha carga de entrenamientos, que habrá que modificar. Los preparadores físicos ya están en ello". En todo caso, la idea de María López pase lo que pase este verano es continuar: "Sigo teniendo la misma ilusión y, además, nos dijeron que en 2022 el Mundial se va a celebrar en España".

Mientras, para otros deportistas asturianos la paralización solo es una piedra más en el camino hacia Tokio. Por ejemplo, para Jorge Díaz García (Belmonte de Miranda, 26 de noviembre de 1985), que lucha por repetir la clasificación que consiguió para Río en tiro olímpico (carabina de aire comprimido 10 metros). No lo consiguió hace dos semanas en el Campeonato de Europa y ahora está pendiente de lo que ocurre con una competición prevista para mayo en la que se adjudican plazas olímpicas. Hasta entonces, Díaz dice que se quedará "en casa y sin disparar, como la mayoría de los deportistas".

Los quintos Juegos de Jorge García, pendientes del virus

El coronavirus no solo ha afectado a los planes de los deportistas asturianos. Otros con plaza fija en Tokio, como el avilesino Jorge García Martínez, ve peligrar una continuidad olímpica que arranca en Atenas 2004, donde acudió como juez de triatlón, aunque ya había participado en Barcelona-92 como voluntario. Desde entonces ha ido aumentando su peso en la competición, ya que en Pekín y Londres fue el responsable del registro de atletas, en Río de Janeiro se encargó del tramo de natación y en Tokio cerrará su ciclo con el máximo cargo: delegado técnico de triatlón.

La pasada semana, como director de competiciones de la Federación Española, Jorge García tuvo que suspender una prueba de la Copa de Europa en Huelva y desde el viernes trabaja desde su casa en Avilés. Confía en que sus quintos Juegos se celebren en las fechas previstas, pero admite que dependerá de lo que dure el parón: “Hemos suspendido todo lo de marzo y abril. Habrá que ver en mayo. Y quizá haya que pasar el preolímipico para un mes antes”.

Uno de los preolímpicos aplazados es el del balonmano femenino. La gijonesa Jessica Alonso, delegada de la selección española y bronce en Londres 2012, señala que “en principio se pasa a la primera semana de junio. Hay dos plazas y nuestros rivales son Angola, Argentina y Suecia, con lo que a priori deberíamos de pasar. La Federación Española ha suspendido todas las actividades y de momento no sabemos nada más. Habrá que esperar”.

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