La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La surfista asturiana Lucía Martiño entrena en casa tras no poder viajar a Barbados

"Lo primero es la salud, y ya con volver a surfear pronto me conformo", señala

Lucía Martiño, en una playa de Australia. L. M.

Solo seis horas separaron a la surfista asturiana Lucía Martiño de estar esta semana entrenándose en el Caribe, concretamente en Barbados, a su situación actual: quedarse en su piso de Gijón. "Al menos no veo la playa desde aquí, estoy a un minuto, pero no tengo contacto visual. Se hace duro estar sin entrar en el agua y si entrenarse, pero hay que hacer el esfuerzo. Lo primero de todo es la salud, y es lo que nos toca ahora por el bien de todos", explica la gijonesa a LA NUEVA ESPAÑA.

El lunes de la pasada semana llegó a Gijón después de unas semanas entrenándose en Australia. El plan era estar solo cuatro días Asturias, ya que el pasado viernes iba a coger un avión rumbo a Barbados, donde iba a competir para ganarse un puesto para el Mundial, y de ahí intentar lograr un billete para los Juegos Olímpicos de Tokio, su sueño.

Pero la prueba de Barbados se suspendió y a Martiño le comunicaron que se cancelaba la prueba de la Word Surf League seis horas antes de emprender el rumbo. "Me iba de Asturias a las seis de la mañana, si me lo dicen un poco más tarde posiblemente estuviese allí ahora", comenta la deportista asturiana.

Lucía Martiño tiene que trabajar con muchos deportistas desde su casa, pero con el hándicap de que para una surfista es necesario el trabajo en el agua. "En casa es muy difícil, no es como un ciclista que puede rodar. En nuestro caso se pierde la forma muy rápido. Las horas en el agua es lo que cuenta, y ahora estaba en un buen estado de forma, es una pena perderlo así, pero es lo que toca", cuenta Martiño.

La deportista gijonesa confiaba en hacer buenos resultados en las siguientes pruebas para llegar con opciones al Mundial. No participó en las primeras competiciones del año, y ahora tenía por delante un calendario que le iba llevar después de Barbados a Portugal, Israel e Indonesia para pelear por una plaza.

"Va a ser muy difícil recuperar esas pruebas, para las que nos estábamos preparando muchos, para poder ir a los Juegos Olímpicos", comenta antes de tomarse con resignación que el sueño que tenía de la temporada, que era estar en Tokio, se antoja ahora muy difícil: "Lo primero es la salud, y ya con volver a surfear pronto me conformo. No pienso en otra cosa en estos momentos".

En su casa de Gijón aprovecha estos días para ordenar su archivo de vídeo. "Es el momento de eliminar las olas", explica entre risas. También se dedica estos días a ver series y leer. Porque ahora Lucía Martiño espera en Gijón que el coronavirus desaparezca para volver a disfrutar con el deporte que tanto ama.

"Hace una semana mi preocupación era regresar desde Australia, aunque ni allí ni aquí se hablaba tanto del problema del coronavirus. Lo que sí es verdad es que vine fue con la mascarilla en el avión y traje algunas más para la familia, porque sabía que aquí escaseaban", relata Martino, que pide colaboración: "Cuando antes nos mentalicemos que no podemos salir, salvo para lo necesario, antes saldremos de esto. Cuando veo desde la ventana gente en la calle me desmoraliza, es necesario tomárselo en serio".

Compartir el artículo

stats