El FC Barcelona se encuentra como todas las empresas del mundo ahora mismo: tratando de hacer frente a los daños de una pandemia que está dinamitando salvajemente la economía de la entidad. Los presupuestos se han hecho pedazos, los 1.047 millones de ingresos previstos para esta campaña se han alejado a velocidad de turbo, el líquido ha dejado de entrar incluso a un gigante como el Barça, y llevan desde hace días sus dirigentes tratando de acertar con medidas paliativas.

La junta directiva se reunió este viernes de forma telemática para debatir sobre posibles escenarios y primeras medidas ante las previsibles afectaciones económicas, que serán descomunales, en particular si no se consigue completar la Liga y la Champions. Escucharon los directivos las ideas surgidas tras las reuniones celebradas estos pasados días por los ejecutivos del club con los distintos departamentos y los intercambios en el seno de la cúpula directiva.

Una de las medidas que planea el club es reducir el salario de los futbolistas y no un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), aunque estuvo sobre la mesa. El deseo de los dirigentes es negociar con ellos y el cuerpo técnico este extremo de cara a la semana próxima. La medida se ha hecho inevitable, según explican fuentes de la directiva, ante la gravedad de la situación y que podría incluso poner en peligro la continuidad de la misma entidad.

Situación de vértigo

Con una enorme masa salarial destinada a los deportistas de 642 millones, 507 de ellos para la plantilla de fútbol, y los ingresos prácticamente secos, la dirección, con Josep Maria Bartomeu y el CEO Òscar Grau a la cabeza, han puesto sobre la mesa en la reunión de este mediodía esta reducción de sueldo. Sufriendo el impacto del ERTE miles de empleados en el país, no podían no verse afectados los futbolistas, los mejor pagados de la sociedad.

Bartomeu preferiría no tomar la medida de forma individualizada y busca la complicidad y la postura unitaria de todos los clubs de LaLiga y de Europa, inmersos en una situación de vértigo similar a la azulgrana. Con ellos lleva días en contacto. También buscará la alianza de la UEFA y, en este sentido, una reunión que tendrá lugar el lunes con todas estas partes se antoja como decisiva para ir todos a una. Se avecina, pues, ERTES y reducciones salariales en el fútbol español y el fútbol mundial mientras el coronavirus mantenga paralizadas las competiciones.

La pandemia, de hecho, transformará de buen seguro toda la industria del deporte, en particular la búrbuja multimillonaria del fútbol. Los salarios gigantescos y los traspasos obscenos entrarán en pausa durante un buen tiempo, hasta que clubs como el Barça puedan encauzar sus economías. Serán muchas las entidades que entrarán en deuda, algo que en el caso azulgrana está prohibido por los estatutos. La directiva deberá acogerse a la excepcionalidad histórica para evitar las penalizaciones establecidas por la entidad.

No hay ingresos por entradas, ni por televisión, ni tampoco por el museo y no se venden camisetas en las tiendas de la entidad. Algunos patrocinios no pasan por caja. Todos ellos son fuentes de dinero amplias que ahora no dan ni gota.