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Róber, el entrenador "youtuber" del Sporting

El técnico comparte trucos en internet para seguir en forma en pleno confinamiento

Cuatro básicos en el trastero de Róber.

Los sportinguistas tienen en internet una nueva ventana para ejercitarse al estilo de un futbolista. Róber Montes, readaptador de la primera plantilla del Sporting, ha convertido el confinamiento por el coronavirus en una oportunidad. El gijonés relanzó su canal en "Youtube" con una nueva propuesta: compartir vídeos haciendo ejercicios dirigidos a personas aficionadas al deporte que necesiten quemar energía durante su encierro pero no disponen de pautas o material. Trucos en menos de cinco minutos para seguir fuertes día a día como Mariño, Murilo o Manu García.

"Corremontes" es el canal de Róber Montes en "Youtube", el mismo desde el que comparte los vídeos para que sus seguidores puedan tener, a diario, un modelo a seguir para romper a sudar desde el salón de su casa. Este gijonés de 35 años plantea diferentes propuestas que engloban tanto al público menos habituado a este tipo de actividades, como también a aficionados al "runnig" o "trail" (carrera por la montaña), para quienes puede resultar más común este tipo de preparación enfocada al mantenimiento. Ropa deportiva, unos playeros, una superficie blanda y cualquier rincón libre de obstáculos es suficiente para comenzar a seguir sus consejos. En su caso, el escenario es el trastero de su domicilio, en el barrio gijonés de Nuevo Gijón.

"Son ejercicios básicos para mantener ciertos niveles de fuerza cuando no se tiene posibilidad de ir al gimnasio. También es un trabajo adecuado para aquellas personas que no tienen base de trabajo de fuerza", detalla Róber en un texto que ejerce como breve explicación al primer vídeo dedicado a sus seguidores para plantar cara a la obligación de permanecer en casa. Cada uno de los ejercicios se inicia con una breve leyenda rotulada en las imágenes en la que se indica el tiempo o las repeticiones que deben hacerse en función de las ganas o el estado físico. Él mismo los desarrolla para que no haya duda con los movimientos.

A la hora de improvisar "herramientas" para hacer más completa la práctica, el técnico rojiblanco se sirve de básicos como, por ejemplo, una silla. El gesto de levantarse y sentarse con el tronco recto y los brazos extendidos es uno de los desafíos al alcance de todos. Para los más exigentes también hay respuesta. El readaptador del Sporting usa otros elementos más específicos como gomas o una gran pelota tipo a las usadas en pilates. Materiales, la mayoría de ellos, que se pueden ver a diario cuando trabaja con los futbolistas en Mareo. Los mismos que ahora muchos utilizan para seguir desde sus domicilios el plan que les envió Fran Albert, preparador físico rojiblanco, y uno de los "jefes" de Montes.

Róber Montes lleva ligado al Sporting desde 2004. La vinculación comenzó como monitor del campus de verano que realiza el conjunto gijonés y que ha servido de puerta de entrada a muchos técnicos que continúan todavía en Mareo. Un ejemplo es el de José Alberto López, que llegó a ser entrenador del primer equipo después de haber iniciado su camino de la misma forma que Róber. Este licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, padre de dos niños, empezó en 2007 a trabajar ya como preparador físico de la base.

Máster en prevención y readaptación de lesiones deportivas y en alto rendimiento, lleva más de quince años entrenando a deportivas de resistencia. Corredor habitual en carreras populares y "trail running", en 2018 Rubén Baraja le sumó a su cuerpo técnico como readaptador, cargo que continúa desarrollando en el Sporting.

Róber es, básicamente, la persona encargada de que los jugadores lesionados vayan recuperando la actividad una vez superado el periodo de reposo. Es habitual verle correr junto a ellos sobre el campo, o realizando ejercicios con balón. Paralelamente, también dispone de una página web en la que ofrece sus servicios como entrenador personal, dando opción a hacer incluso un seguimiento vía online. No hay excusa para que los días de encierro en el salón acaben convirtiéndose en unos kilos de más.

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