El Molinón y Mareo lucen impecables a la espera de que vuelva el fútbol. Las condiciones del estado de alarma no han descuidado unos servicios mínimos en torno al Sporting. Los trabajos de mantenimiento de los distintos campos del conjunto gijonés, por ejemplo, no se han detenido. Más bien todo lo contrario. El parón se ha aprovechado para tareas de regeneración el césped, así como el resembrado de algunas de las zonas más castigadas. El personal de limpieza es el otro protagonista y actor vital en estos días de confinamiento, con turnos diarios para desinfección y cuidado de las instalaciones.
Cinco personas se ocupan, normalmente, del mantenimiento del verde de El Molinón y de los campos de Mareo y su entorno. La empresa de jardinería Jarpa, encargada de esta labor, no ha menguado su plantilla, al margen de un mínimo retoque en cuanto a turnos. Tres operarios se emplean junto a la directora técnica, de lunes a viernes, para que el verde no solo se mantenga, sino que luzca mejor que antes del parón por el coronavirus. "La situación ha permitido que podamos adelantar labores más agresivas como el resembrado o regeneración de zonas como las porterías", apuntan desde Jarpa sin dejar de recalcar las estrictas medidas laborales seguidas para evitar cualquier riesgo de contagio en el ámbito laboral. "Cada persona tiene su propia máquina, además de que se trabaja con guantes y mascarillas", se explica como algunos de los indispensables en una jornada laboral desarrollada a lo largo de "diez hectáreas de terreno". Difícil estar a menos de un metro y medio de otra persona. En el caso de El Molinón, los turnos están diseñado para que las labores siempre las desarrolle un trabajador en solitario. En el Sporting también subrayan que "por asepsia e indicaciones de prevención" todo está cerrado a toda persona ajena al club o a estos servicios mínimos.
La reciente entrada en la primavera también juega a favor de las tareas de cuidado de la hierba de El Molinón y de Mareo al acompañar la estación en el mejor resultado de los tratamientos y trabajos de regeneración una vez "la tierra vaya tomando temperatura". "En El Molinón se sigue segando tres veces a la semana", explican desde Jarpa, que está aprovechando ahora para entrar a fondo en el saneamiento de la poa, especie invasora que ya obligó a una profunda resiembra hace dos años y figura en permanente vigilancia.
"Hay mucho que hacer", comentan responsables de las labores de limpieza de los dos principales escenarios que envuelven el día a día de la actividad del Sporting, tarea desarrollada por empleados del club. Ellos cobran vital importancia, literalmente, en un momento en el que la amenaza del coronavirus obliga extremar la higiene para reducir a mínimos cualquier posibilidad de contagio. Cuatro personas, también de lunes a viernes, se aseguran de ello. Dos limpian, a diario, en El Molinón y otras dos en Mareo. El escenario actual ha hecho que los únicos retoques en cuanto a plantilla laboral sean los de revisar turnos para reequilibrar tareas y horarios.
El Sporting ha trasladado a sus empleados que, por el momento, no se contempla la aplicación de un ERTE. La mayoría del personal de oficina, por ejemplo, trabaja desde su casa, salvo casos o circunstancias puntuales que requieren acudir bien a las oficinas de Mareo o a El Molinón. En todo caso, ninguna posibilidad se descarta ante lo excepcional del panorama, ya que el horizonte de una vuelta a la normalidad en materia deportiva sigue siendo todavía una incógnita. No faltará una alfombra impoluta y una limpieza al pie del cañón para que los goles vuelvan a sonar en Mareo y El Molinón. Mientras tanto, el Sporting repite el lema de "quédate en casa" y sigue su plan a la espera de la vuelta a la total normalidad.
