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Un virus con billete de vuelta

Alonso Meana anticipa su regreso de Estados Unidos: "Cuando cerraron el pabellón me di cuenta de que no pintaba nada allí"

Alonso Meana, en su domicilio de Gijón con una camiseta de la Universidad de Illinois en Springfield. A. M.

El jugador de baloncesto Alonso Meana ha tenido que poner en pausa el sueño americano por culpa de la pandemia global. El gijonés, que comenzó esta temporada una nueva andadura deportiva y educativa al fichar por la Universidad de Illinois en Springfield, ha vuelto a Gijón con su familia después de que se suspendieran todas las clases presenciales y se cerraran todas las instalaciones deportivas. Meana compite allí en la NCAA II y cursa estudios de "Business Administration".

Un detalle terminó de convencer al base de que debía regresar: "Cuando cerraron el pabellón me di cuenta de que allí no pintaba nada. Estaba viviendo en casa de un compañero, las clases ya eran a distancia. Al principio dijeron que todo iba a ser temporal pero luego nos dijeron que iba a ser así todo el semestre y, cuando cerraron el departamento y el pabellón, me dije: 'Me vuelvo para casa", añade el jugador asturiano desde su domicilio de Gijón.

Alonso Mena, que ya está en Asturias desde hace una semana, no tuvo mayores problemas para el viaje de regreso, al margen de algún retraso en los aeropuertos. "Estaba saliendo que cancelaban algún vuelo, pero yo no tuve ningún problema", explica. Voló desde el aeropuerto de Chicago al de Madrid y de ahí a Asturias. Ya instalado en su hogar, asegura que no está teniendo mucho tiempo para aburrirse porque los estudios, a pesar de ser a distancia, le roban muchas horas: "Pensaba que iba a tener más tiempo", reconoce. Otra parte del día la ocupa en intentar mantenerse en forma sin salir de casa. Para ello tira de la tecnología: "Me instalé un par de aplicaciones y hago 15 ó 20 minutos de yoga y otros 15 minutos de trabajo de alta intensidad. La verdad es que no puedes hacer mucho más", indica.

Lo que ha vivido en Estados Unidos es cómo ha ido cambiando todo en poco tiempo desde una cierta indiferencia hacia la pandemia hasta una mayor sensibilización de la población, aunque le da la sensación de que no ha llegado a los niveles que se ha encontrado en España: "La gente allí está con que si hay que lavarse las manos, estar separados, pero no es como aquí". Él lo achaca a que ya de por sí se trata de sociedades diferentes: "Allí la gente vive más aislada siempre. Aquí, al hablarnos, estamos más cerca y nos damos besos y abrazos". En cuanto a las cifras, sí que es consciente de que en Estados Unidos están subiendo mucho los casos de infectados y de que, aún así, son muchos más los casos: "El que no haya tests está ocultando muchos positivos".

En la ciudad donde residía, Springfield, en el Estado de Illinois, aún estaba casi todo abierto. "Empezaron a cerrar restaurantes, donde ya solo podías comprar comida desde el coche", explica el exjugador del Oviedo Baloncesto. Tampoco ha vivido esas imágenes de estadounidenses haciendo cola para comprar armamento, quizás porque se trata de un Estado en el que gana el Partido Demócrata: "Mis amigos no son de tener armas, eso es más en el sur; aquí son más bien críticos con Donald Trump y le acusan de haberse tomado a cachondeo todo lo del coronavirus".

En cuanto al regreso, Alonso Meana solo tiene claro que este curso ya no va a volver: "Los estudios los puedo hacer todos on-line, no estoy perdiendo nada, y en cuanto al deporte estoy pensando más en la salud que en el baloncesto". Eso sí, le encantaría que volviera la competición y poder ir a Pumarín a ver a sus excompañeros del Oviedo Baloncesto luchando por salvar la categoría en la LEB Oro.

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