Los billetes comprados, el plan perfilado y una ilusión en el equipaje: ganar el derbi. Pocas cosas satisfacen más al aficionado que derrotar al eterno rival. El choque de la grada también es diferente. Los aficionados de Sporting y Oviedo cumplen con la cuarentena en sus hogares mientras esperan a que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus amaine y la sociedad recupere su ritmo habitual. También el fútbol, que ha quedado en paréntesis hasta nuevo orden. Hoy (21.00 horas, El Molinón) era el día señalado en el calendario para que Sporting y Oviedo dirimieran su dominio en el duelo regional y los seguidores de uno y otro equipo se preguntan qué hubiera pasado. La sensación de oportunidad perdida crece entre los exiliados fuera de Asturias.

Muchos de ellos ya tenían los billetes comprados o el viaje planeado. Como el aficionado rojiblanco Javier Mortera, que lleva un año y medio viviendo en Oporto, y que pese a la distancia de estar ahora en Portugal y antes en Madrid no ha dejado de ser socio del Sporting. "Vivo en Oporto con mi mujer, y este fin de semana lo tenía marcado para que fuese una fiesta, dedicado para estar con mi familia y amigos", explica este seguidor rojiblanco, que tiene la peculiaridad que es ovetense. "Siempre viví en el viejo Tartiere los derbis, y ahora es una locura ir con tantas horas previas de viaje a un partido. No es normal que tarde yo lo mismo en ir de Oporto a Gijón para este partido que los aficionados del Oviedo a El Molinón", cuenta. "Para mí el derbi es más especial todavía si cabe, porque tengo a toda mi familia viviendo aún en Oviedo".

También querían aprovechar esta cita especial los aficionados que han tenido que emigrar a Madrid y Barcelona. En el segundo caso se encuentra Daniel Fernández, de la Peña Quini, que ya tenía junto a otros siete compañeros de peña sus billetes sacados. "Al menos nos han devuelto el dinero", comenta antes de añadir que en la lejanía esa cita se señala en rojo en el calendario: "Había muchas ganas de derbi. Esperemos que si se vuelve a jugar sea de fin de semana para poder ir".

En Madrid, Miguel Menéndez, socio y presidente de la peña Exilio Rojiblanco, tenía los billetes de tren para haber viajado ayer. "Tenía un examen de la oposición a agente de Hacienda Pública, que se aplazó, y después cogía el tren", explica. "Si solo pudiera elegir un partido para ir a Asturias sería ese. Además el equipo animaba antes del parón, parecía que se iba recuperando", añade.

Entre los oviedistas, hay estrenos interrumpidos. Es lo que le ha pasado a Laura Campillo Arias, 11 años, que iba a disfrutar esta noche del primer partido en directo de su equipo. Residente en Ponferrada, la niña tiene un poderoso argumento para profesar la fe oviedista: es nieta de Marianín, histórico goleador azul que fue Pichichi de Primera en la temporada 1972/73. Cinco temporadas en el Oviedo y 73 goles entre Primera y Segunda División son el aval del que goza el "Jabalí del Bierzo" para dejar huella en la historia azul. La pasión se transmite ahora en forma de herencia familiar.

"El plan para el fin de semana era estar animando al Oviedo en El Molinón junto a la Peña Olivares", señala Mónica Arias, hija de Marianín. "Su hermano Ezequiel (16 años) sí conoce el Tartiere, pero la pequeña, no. Imagínate la ilusión que le hacía", agrega.

Al que el derbi no pillaba de primeras es a Ben Ramsey, accionista azul de Ipswich (Inglaterra). El británico acumula un amplio historial de desplazamientos para ver a su equipo: el derbi sería su 23.º encuentro en directo del Oviedo desde que en 2012 se hizo accionista. "Tenía los billetes entre Stansted (a una hora de Ipswich en coche) y Santander. Después, alquilaría un coche para desplazarme a Asturias, que es la combinación más segura hoy en día para desplazarme a Asturias", relata.

Tras la cancelación del vuelo, la compañía le ofrece diversas opciones: escoger otra fecha, cambiar los billetes o reembolsarle el pago. Aunque su apuesta azul va más allá: "Tengo billetes también para mayo, para ver el partido ante el Racing en el Tartiere. Y esos aún no se han cancelado. Solo me queda rezar para que todo se normalice?", dice. "Espero volver pronto", corona.

A otro que se le ha caído el viaje es a Isaac Álvarez, de la Peña Oviedista de Barcelona. "Éramos unos diez los que queríamos estar en El Molinón de la peña. Algunos incluso ya habíamos sacado los billetes", señala el aficionado. La aerolínea les ha ofrecido un cambio de billete al mismo destino (Asturias) a canjear antes del 31 de diciembre de este año. El resto de miembros estaban dispuestos a ceñirse al plan habitual. "La mayoría hubiera visto el partido en la sede de la peña, seguramente con cena, y en caso de victoria, con salida nocturna. Supongo que allí se hubieran reunido unos 50, como es costumbre en un derbi", calcula Isaac Álvarez.

Desde Mallorca, la situación es similar para Miguel Ángel Crespo, con billete entre Palma de Mallorca y Asturias, para salir el 19 y regresar el 30, tras el choque. "Es una faena, pero el fútbol queda ahora en un segundo plano", indica con dosis de realismo. El aficionado ha pedido el reembolso del billete.