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Ideas para el día después

Los clubes de base reciben asesoramiento para garantizar su supervivencia pese a los problemas económicos por el parón

Javier Hurlé, en una videoconferencia con dirigentes de cuatro de los clubes a los que asesora. J. H.

No solo las grandes empresas del deporte se devanan los sesos estos días para amortiguar el impacto económico del parón por el coronavirus. Los clubes modestos también imaginan cómo pueden seguir su actividad tras la vuelta a la normalidad. Algunos de ellos cuentan con el asesoramiento de Javier Hurlé, especialista en gestión deportiva y coordinador del programa "Prada", originalmente ideado para que los modestos se gestionen de la manera más profesional posible. Ahora, desde casa, mantiene el contacto con ellos para planificar un futuro, cuando menos, incierto.

"Cuando se levante el Estado de Alarma no vamos a volver a la normalidad". Es la primera reflexión de Javier Hurlé, graduado social y máster en gestión de deporte. Desde hace casi tres semanas, Hurlé mantiene contacto telemático con los clubes asturianos que reciben su asesoramiento, que reúnen a 4.500 deportistas y 225 técnicos. La mayoría le han transmitido la incertidumbre e incluso el miedo a lo que habrá después del período de confinamiento: "La vuelta a la actividad será complicada porque los padres de los deportistas van a tener miedo al contagio. Calculo que no se volverá a la normalidad hasta septiembre-octubre".

Otro factor a tener en cuenta será el económico: "Preveo una tasa de abandono muy grande. Habrá bastantes familias que van a quedar muy tocadas y tendrán que prescindir de algún gasto". Hurlé también está ayudando a los clubes en la tramitación de los ERTE, fundamentales para superar este período sin ingresos, pero con gastos fijos, fundamentalmente el pago de las nóminas de sus técnicos.

Javier Hurlé ya prepara con los dirigentes de los clubes estrategias para organizar actividades en cuanto sea posible y lograr visibilidad social, por ejemplo con campañas sobre deporte y salud. La otra pata de la recuperación, explica el ideólogo del programa "Prada", nos lleva necesariamente a las instituciones. Y en el caso de Oviedo, donde Hurlé cuenta con diez clubes, al Ayuntamiento. "Nos tiene que echar una mano", recalca.

Por ejemplo, añade Hurlé, con la justificación de las subvenciones municipales, lo que podría obligar a devoluciones ante el parón total de la actividad. En este caso, la unión puede beneficiar a sus asesorados: "El programa Prada produce sinergias. Es como un solo club con varias secciones. Detecto preocupación e incertidumbre, pero sobre todo ilusión por trabajar de forma conjunta. No creo que quede ninguno en el camino. Solo me preocupan los que no funcionan de manera profesional".

No es el caso del Club Bádminton Oviedo, al que la crisis ha pillado con una estructura sólida y económicamente saneado. "El club no peligra, ni tenemos grandes problemas", explica César González, director técnico del CBO. Para fortalecer esa buena posición, el Bádminton Oviedo ya ha hecho un ERTE a sus nueve trabajadores, inactivos desde hace casi tres semanas, salvo el contacto de los técnicos con los jugadores para un plan de mantenimiento.

César González agradece el apoyo en todo este proceso de Javier Hurlé, que ya ha mentalizado a los dirigentes de los clubes sobre lo que les espera tras esta crisis mundial: "Esto va a ser un antes y después para el modelo económico y deportivo".

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