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Los olímpicos asturianos trabajan en casa con una sonrisa

El aplazamiento de los Juegos de Tokio hasta 2021 ha levantado la moral de los deportistas de la región, que tiran de imaginación para entrenarse en sus casas

Los olímpicos asturianos trabajan en casa con una sonrisa

Como el resto de deportistas que tenían entre ceja y ceja los Juegos de Tokio, los olímpicos asturianos recibieron con alivio el aplazamiento hasta el verano de 2021. El ejemplo más claro es el de Saúl Craviotto, que al día siguiente del anuncio oficial se ofreció para revocar la excedencia de la que disfrutaba en su trabajo en la Policía Nacional, en Gijón. Ahora compagina su contribución a la lucha contra el COVID-19 con sesiones de mantenimiento en su casa. Más difícil lo tienen la jugadora de hockey María López y el tirador Jorge Díaz, pero ahora al menos saben que tendrán tiempo para recuperar la forma.

María López, capitana de la selección española de hockey hierba, está a punto de cumplir un mes en su casa de Gijón, donde su stick es poco más que un elemento decorativo. Pero desde el 24 de marzo está más tranquila: "Ahora los entrenamientos son más flexibles. Seguimos la rutina que nos envía nuestra preparadora física, pero si un día queremos hacer una sesión de alta intensidad que vemos en internet, no hay problema". Pese al margen que tiene hasta Tokio 2021, López no quiere relajarse "porque las sesiones nos vienen bien para estar activas y distraídas, para no perder la forma". Echa de menos el trabajo en el campo y la competición, "pero de momento la Federación no ha decidido nada sobre la reanudación de la Liga".

Para deportes individuales, como el tiro olímpico, el aislamiento es, si cabe, aún mayor. Lo explica Jorge Díaz, que participó en Río de Janeiro en carabina de aire comprimido 10 metros. "Necesitamos una distancia y un sitio adecuado para disparar", señala Díaz, que se ha visto obligado a innovar para mantener activos a los tiradores becados de la Residencia Blume de Madrid, a los que entrena desde 2018. "Les mando deberes cada semana y hacen lo que pueden". Jorge Díaz, que ha visto cómo se aplazaban competiciones en las que se iba a jugar su pasaporte a Tokio, elogia a la Federación Española: "Se están portando bien porque no nos suspendieron el sueldo ni la actividad".

Tampoco Saúl Craviotto ha parado, pero su piragua no toca el agua desde el 14 de marzo, cuando el Principado decretó el cierre de las instalaciones de Trasona. Los primeros días del estado de alarma, el ilerdense afincado en Gijón se dedicaba a entrenarse y a disfrutar de su familia. Hasta que volvió a su trabajo como Policía Nacional, con tal repercusión mediática que, tras atender a los medios nacionales en un control de carretera, decidió alejarse del primer plano. Ahora dedica menos horas al entrenamiento, con la tranquilidad de que faltan más de trece meses para buscar su quinta medalla olímpica.

"Ya habrá tiempo para planificar y pensar en Tokio", recalca Craviotto, que en los primeros días de confinamiento se desesperaba al comprobar que algunos de sus grandes rivales por el podio mantenían su plan de preparación. Ahora sus preocupaciones van por otro lado y quiere poner su granito de arena para encontrar soluciones lo más rápidamente posible: "Lo importante en estos momentos es la salud de las personas, sobre todo de los más vulnerables, y por eso es necesario que la gente cumpla las medidas de confinamiento, como veo que está haciendo la mayoría de la población".

Para el avilesino Jorge García, que en Tokio ejercerá de delegado técnico de triatlón, el parón le ha servido para "avanzar trabajo y desarrollar proyectos que tenía parados". No solo relacionados con los Juegos, ya que García es director de competiciones de la Federación Española: "Como paramos toda la actividad desde mediados de marzo estamos a la espera de que se nos comunique el calendario deportivo de 2021, aunque parece que se respetará el que había este año". Jorge García asegura que lleva bien el confinamiento: "En casa tengo tiempo para pensar, porque el deporte es una rueda que no puede parar".

Jessica Alonso, medalla de bronce en Londres 2012 con la selección española de balonmano, en la que ahora ejerce como delegada, tampoco tiene tiempo para aburrirse: "Estoy acabando la carrera de Fisioterapia y por las mañanas me paso mucho tiempo enganchada al ordenador con clases online, haciendo los trabajos que nos mandan de la Universidad. Y como tengo un niño de once meses, me entretengo mucho con él. Como no da tregua, no me queda mucho tiempo libre". A la espera de ver qué pasa con el preolímpico en el que España buscará su plaza en Tokio, Alonso sigue el día a día del balonmano: "Estoy en la directiva de la Federación Española y una o dos veces por semana hacemos videoconferencias para ver si llegamos a alguna solución para acabar las ligas".

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