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El virus no paró a Walter

Bouzán vuelve hoy a su puesto de bombero tras superar el COVID-19 con síntomas leves

El virus no paró a Walter

A las ocho de la mañana del Viernes Santo, Walter Bouzán se reincorporará a su puesto de trabajo en el Parque de Bomberos de Oviedo, en el Rubín, tras superar una infección por COVID-19. El palista riosellano empezó con síntomas leves el jueves 12 y se quedó en casa hasta el pasado viernes, pero durante esas dos semanas apenas dejó de entrenarse un par de días. "Siempre oí que para las gripes viene bien el ejercicio, sudar un poco para activar el cuerpo", asegura.

Bouzán no sabe con seguridad dónde pudo infectarse, aunque sospecha que pudo ser un amigo médico con el que estuvo un par de días antes de que le avisara de que había dado positivo por coronavirus. Como supuso lo que podía pasar, ya el miércoles 11 de marzo recogió el ergómetro que tenía en el Rubín y se lo llevó a su casa. Eso le permitió hacer más llevadero el confinamiento: "Menos los dos años que dejé de remar, nunca estuve parado más de tres semanas".

Además, la enfermedad no se cebó con él: "Solo tuve un poco de fiebre y dolor de cabeza leve". Cree que, como ocurre en algún país europeo, el estado de alarma debería permitir salir al exterior a hacer ejercicio de forma individual "para despejar un poco la cabeza", pero entiende que quizá daría lugar a excesos: "Hay gente a la que le das la mano y te coge todo el brazo".

En sus pocas salidas de los últimos días, por Ribadesella, ha visto a muy pocas personas por la calle, "y muy concienciadas, con guantes y mascarillas". Él también tendrá que atenerse al protocolo a partir de hoy en su trabajo, "porque somos doce o trece conviviendo en un espacio cerrado". Tampoco se olvida del piragüismo, incluido el Sella: "Si dejan que haya fiesta habrá Descenso. Sin gente, el Sella no tendría sentido".

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