La sensación es que la implantación del VAR, herramienta ideada para facilitar la vida a los árbitros y enterrar las polémicas, no ha logrado su fin último. Que hay que pulir la herramienta para que sea más efectiva. La implantación del videoarbitraje en Segunda esta temporada ha seguido un camino similar al de Primera: mucho ruido, dudas entre los aficionados y quejas constantes de los clubes. 31 jornadas después del inicio de la competición, sus efectos pueden notarse en las cifras. En la Segunda División del VAR hay más polémica, pero también más penaltis, más rojas y más goles.
Las penas máximas y las expulsiones directas son dos de las acciones situadas en el punto de mira del videoarbitraje. Jugadas en las que el VAR sí entra. Parece lógico que el número de incidentes en estos campos se haya elevado. La actual temporada es la que registra un índice más alto de penaltis y rojas directas en los últimos 6 años.
En el momento de la pausa, se habían señalado en Segunda 138 penaltis, lo que significa una media de 4,45 por jornada. El índice supera ampliamente los registrados en los cinco años anteriores: 2,88, en la 2014/15; 3,05, en la 15/16; 3, en la 16/17; 3,43, en la 17/18; y 3,02, en la 18/19. En este curso han sido especialmente polémicas las manos en el área y el criterio para señalarlas. Al Oviedo le han pitado 5 penaltis a favor y 7 en contra; y al Sporting, 1 a favor y 5 en contra.
El asunto de las penas máximas es especialmente llamativo. Entre las principales competiciones continentales (incluidas la Liga de Campeones y la Liga Europa) solo hay una que supere los registros de la Segunda (0,40 penas por encuentro) y la Primera (0,38) españolas: la serie A italiana. En el calcio se estaban señalando una media de 0,47 penaltis por partido. Por debajo quedan los señalados en la Liga Europa (0,35) y en la primera francesa (0,32) y, más lejos, los pitados en la Champions (0,24), Bundesliga (0,23) y Premier (0,23).
También debe revisar el VAR las acciones que son constitutivas de expulsión y que se le hayan pasado al colegiado. De ahí que se hayan disparado las rojas directas. Ahora se enseñan 1,48 por jornada (46 hasta el parón). Una cifra que supera las 1,35 de la 14/15, las 1,14 de la 15/16, una de media que se mostraron en la 16/17 y 17/18 y las 0,88 del curso pasado. El Oviedo, con cuatro expulsiones directas, es el segundo equipo más perjudicado de la competición, mientras que el Sporting ha sufrido 2.
Y está el asunto de los goles. Consecuencia directa de los conceptos anteriores, especialmente los penaltis. La tendencia en Segunda de los últimos 6 años mantenía un ritmo a la baja (25,83 tantos por jornada en la 14/15; 25,78, en la 15/16; 25,31, en la 16/17), con un marcado descenso en el último curso: 23,81. Ahora, el ritmo goleador se ha vitalizado. Se anotan 25,32 dianas por jornada, la cifra más alta en los últimos cuatro años. Y eso que los tiros a puerta (192,8 por jornada) no han sufrido un aumento tan marcado: se mejoran los números del curso pasado (188,2) pero están por debajo que los registrados en las campañas 14/15 (198,6), 15/16 (199,6), 16/17 (198,3) y 17/18 (197,2).
