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JAN RAMÓN LÓPEZ MUÑIZ | Entrenador y exjugador del Sporting

"Echo de menos entrenar, el Sporting lo tiene todo para hacerte feliz"

"En diciembre falleció mi padre y mis condiciones personales no eran las mejores para volver a Gijón, no fue por dudas deportivas"

Muñiz da instrucciones durante su última etapa en el Málaga. La Opinión de Málaga

Vive en Málaga, en una casa a pocos kilómetros del centro urbano. Juan Ramón López Muñiz (Gijón, 2-11-1968) ha iniciado la desescalada con largos paseos junto a la playa para dejar atrás la dura sensación del implacable paso del COVID-19. "Estamos viviendo una tragedia, son muchas muertes", repite en su encuentro, por vía telefónica, con LA NUEVA ESPAÑA, el exjugador rojiblanco y entrenador gijonés. La sensación de pérdida le ha castigado recientemente. El pasado mes de diciembre falleció su padre, el hombre que le enganchó al fútbol y le llevó por primera vez a El Molinón. Una fecha que le acercó de nuevo al Sporting. El club le presentó entonces la opción de tomar las riendas del primer equipo. No pudo ser.

- Siento mucho lo de su padre.

-Gracias. Mis primeros recuerdos de fútbol están relacionados con ir a El Molinón de la mano de él. Nosotros vivíamos en El Coto, íbamos caminando. Él era el socio número 22 o 23. El Sporting era su vida, nos pedía que nunca le borráramos.

- Se fue sin verle regresar al Sporting ¿Hablaban de ello?

-No surgió. No se metía, ni él ni mi familia, en mis elecciones respecto al trabajo. Hablábamos mucho de fútbol, eso sí. Todo era fútbol para él. Disfrutó el ver jugar a su hijo en el equipo de su vida. La etapa de entrenador también la disfrutó en momentos como los ascensos (acaba de cumplirse tres años de la vuelta a Primera con el Levante).

- ¿Echa de menos entrenar?

-Lo echo mucho de menos. He tenido bastante paciencia, pero ha llegado un momento en el que tienes muchas ganas de volver a dedicarte a lo que te gusta. Ya pica el gusanillo.

- ¿Qué tipo de proyecto le apetece?

-Un proyecto que ilusione y te atraiga. Eso es suficiente. Lo importante es sentir: uf, ¡qué oportunidad! No soy de plantear más imprescindibles. Al final todo es cuestión de sentarse en una mesa y hablar las cosas.

- ¿Qué sueño le queda por cumplir en el fútbol?

-Cuando era niño mi primer sueño era ser futbolista del Sporting, por suerte lo cumplí. Luego tuve la gran suerte de iniciar mi carrera de entrenador nada más acabar la etapa de jugador al lado de un gran técnico como Juande Ramos. Pensé ser entrenador principal en Primera División y lo conseguí. Hubo ascensos y permanencias muy difíciles. Ascender es lo máximo. Para mí, como lograr un título. Mi sueño es seguir en esa línea. Conseguir objetivos y hacer feliz a la gente. La felicidad en el fútbol es hacer que el aficionado se sienta orgulloso de su equipo, independientemente del resultado.

- ¿Volver al Sporting forma parte de ese sueño?

-Claro. A cualquier entrenador se lo pones sobre la mesa y no hay nadie que te diga que no. El Sporting lo tiene todo para hacer feliz a un entrenador. Ahora en Mareo además hay una quinta muy buena, tanto en el filial como en el juvenil.

- Usted fue el candidato número uno desde noviembre para suceder a José Alberto en el banquillo del Sporting ¿Qué pasó?

-Es un honor que tu nombre esté dentro de los rumores para entrenar al Sporting. Si además eres de Gijón supone una ilusión y también una responsabilidad añadida. Un cargo de ese nivel y responsabilidad implica estar como una moto, no puedes fallar. Tienes que ir en las mejores condiciones para asegurarte de que lo vas a hacer bien. En ese momento, mis condiciones morales y anímicas no eran las mejores (por la situación de su padre).

- Javier Martínez, vicepresidente del Sporting, habló en LA NUEVA ESPAÑA sobre su posible fichaje. "Muñiz, como ya lo ha demostrado, es un gran profesional, pero las dudas le perjudicaron a la hora de tomar una decisión. Necesitábamos un entrenador convencido. En todo caso, nos gustaría que formara parte del Sporting en algún momento".

-No fueron dudas deportivas, fue una situación personal. Cualquier persona que haya perdido a un familiar querido sabe cómo influye. Agradezco mucho las palabras de Javier (Martínez). Ojalá en algún momento nos podamos encontrar. Si él desea que sea así, seguro habrá un momento para ello. Por nuestra parte no habrá ningún problema.

- ¿Debe volver el fútbol?

-Debería, siempre y cuando se den las circunstancias de seguridad. Están trabajando sanitarios, médicos, transportistas, dependientes? Es muy difícil reducir el riesgo a cero, pero la gente del fútbol somos uno más para colaborar en el intento de volver a la normalidad. Somos parte importante en que la sociedad tenga un entretenimiento más. También en encender ese motor de la sociedad que debe arrancar de manera segura, pero a la mayor velocidad posible.

- ¿Veremos un reinicio en Segunda muy diferente a lo visto hasta el parón?

-Va a ser un poco lotería. Son once jornadas. Cualquier equipo que arranque mal puede meterse en problemas. Y al revés. Después de dos meses parado, empezar a competir es complicado. Vas a jugarte lo más importante del año a un ritmo de pretemporada. Habrá sorpresas.

- El confinamiento le ha pillado lejos de parte de la familia.

-En Málaga vivo con mi mujer y mis hijas y en Gijón está mi madre y mi hermana. Ellas están bien, viven juntas. Espero que esto acabe pronto para recuperar esos momentos felices que ahora valoraremos más que antes. La vida ha cambiado. Hay que tratar de acostumbrarse.

- ¿Cómo llena ahora los días?

-Al principio del confinamiento vi mucho fútbol, sobre todo filiales de Segunda B para observar jugadores. Leo también mucho. Biografías con referencia al fútbol o títulos sobre motivación. Los últimos, "Los 11 poderes del líder", de Jorge Valdano y "Puto ego", que hizo un compañero (Francisco Javier Becerra) y trata sobre motivación.

- ¿La clave para un entrenador profesional es gestionar los egos hacia el objetivo común?

-La gestión del vestuario es vital, aparte de saber manejar los momentos o las situaciones de cada partido. El entrenador tiene que ser justo. Sobre todo, el futbolista debe verte justo. El jugador debe entender su rol y ganarse el puesto a través del trabajo del día a día. Él tiene que creer en lo que se hace y en que todo tiene una razón en busca de un objetivo. Esa es mi manera de trabajar.

- ¿Está aprovechando los primeros días para salir de casa?

-Hago el deporte correspondiente a mi edad. A los cincuenta años, pienso que la elasticidad es más importante que la resistencia. Soy más de paseos y bici, a maratones no me voy a presentar. En estos dos meses salí solo una vez a hacer la compra. Tuve sensación de agobio entre mascarillas, guantes, distancias? Volví a casa hasta nervioso. Sé que hay que quitar eso, quitar esa sensación de miedo, dominarla. Cumpliendo siempre a rajatabla las medidas que nos piden hay que volver a salir a la calle a disfrutar.

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