El asturiano Saul Blanco continúa en Francia a la espera de poder retornar a su Oviedo natal tras una temporada buena en lo personal, pero frustrante por cómo finalizó. Saúl no pierde el tiempo y está realizando el curso superior de entrenador de la Federación Española que este está siendo telemático y aprovecha para hacerlo desde Francia.
"La liga está cancelada pero tengo contrato hasta el 30 de junio con el Gries Oberhoffen, aunque estoy deseando volver", reconoce el jugador que también confiesa que "el año que viene no sé lo que pasará". Pero Saúl no se está quieto y se apuntó a sacar el curso superior de entrenador. Un curso que "empezó hace dos semanas y vamos poco a poco. Todos estamos esperando a ver si por el verano se puede hacer la fase presencial".
Sacar este título no fue algo improvisado: "Ya lo tenía pensado independientemente de las circunstancias que se han dado. El año pasado ya había preguntado por el curso superior y cuando salió la convocatoria decidió apuntarme. Además, este es el primer verano que no tenía exámenes porque ya acabé el máster que estaba haciendo y quise aprovechar para hacerlo porque sabía que iba a tener tiempo". Previamente, "en los años 2016 y 17 había hecho los cursos de nivel 1 y 2 y en las prácticas había entrenado al Gijón Basket cadete, con Cadrecha, y el pasado año llevé la tecnificación de los más pequeños en el colegio Inmaculada. Me ofrecieron la oportunidad de hacerlo y estoy encantado con la experiencia".
Tras dos años nefastos por culpa de las lesiones, Saúl asegura que "la pasada temporada jugar en el Círculo y esta en Francia me vinieron muy bien anímicamente. En Gijón era volver a casa y sentirme importante y querido, y a nivel personal fue bastante buena. Este año surgió la posibilidad de venir a Francia que era una experiencia que no había vivido antes. He jugado muchos minutos y he hecho buenos números así que la idea es seguir jugando al menos una temporada más". También se acuerda de las lesiones. Estas dos últimas temporadas también ha tenido alguna, "pero nada comparado a de lo que venía. Estuve prácticamente dos temporadas en blanco con lesiones muy duras. El pasado año tuve la mala suerte de romperme una costilla y perdí seis partidos, pero este año ha ido todo bastante bien".
Ama el baloncesto así que su intención es que "cuando dejé de jugar me gustaría seguir vinculado al baloncesto, no sé si como entrenador o en alguna otra faceta. Ahora hice el curso porque tenía ganas y tiempo. Además, ayuda a tener curriculum". En el curso hay 190 personas, "pero estamos divididos en grupos. En el mío somos 16 y están exjugadores como Ricardo Uriz o Jou Alonso. Lo que hay es muy pocas chicas, es algo que me ha llamado la atención".
