Cristina Cabeza es ya oficialmente la nueva entrenadora del Liberbank Gijón para la próxima temporada. La madrileña ha dirigido las últimas tres campañas al Alcobendas, club que está atravesando una grave crisis económica e institucional hasta el punto de que la entrenadora había decidido no solo dejar el club sino tomarse un tiempo antes de volver a dirigir.

- ¿Cómo se gestó su fichaje por el Liberbank Gijón?

-A la semana o así del comunicado que hice público anunciando que no seguiría como entrenadora del Alcobendas me llamaron de Gijón. Pero mi primera respuesta fue no sin tan siquiera escuchar la propuesta porque mi intención era tomarme un respiro ya que estaba bastante agobiada en Alcobendas. Luego volvimos a hablar varias veces más hasta que llegamos a un acuerdo.

- ¿Qué le hizo cambiar ese rechazo inicial?

- Que te llame el Liberbank Gijón con el proyecto que tiene y siendo un club con tanta proyección hizo que me parara a pensar y me dije que era un buen club, un buen proyecto y me hacía mucha ilusión. Además tengo dos meses para descansar y estoy segura de que en agosto me iba a volver a entrar el mono de entrenar y me pareció que Gijón era el sitio ideal para seguir trabajando.

- Diego Lafuente deja el listón alto ¿supone para usted un reto o le da miedo?

-Miedo no me da nada. Empecé de entrenadora en Alemania y sin entender mucho del idioma. Evidentemente tengo muchísimo respeto por el trabajo que ha hecho Diego en el club, me parece un excelente entrenador que ha conseguido éxitos muy importantes así que es un reto muy importante. Intentaré trabajar como acostumbro y acoplarme a la plantilla y que las jugadoras se adapten a otro estilo de juego. No podré tocar mucho porque la esencia del equipo está ahí y hay que continuar con ella.

- ¿Qué tipo de balonmano le gusta?

-Intento basarme en una buena defensa y el Liberbank siempre se ha caracterizado por eso. A partir de ahí me gusta un juego más rápido que el que habitualmente estaba haciendo. Hay una combinación de juventud y veteranía muy importante. Al final por mucho que a mí me guste un estilo de juego si las jugadoras están acostumbradas a otro soy yo la que me voy a tener que adaptar porque la plantilla está prácticamente cerrada. Además hay jugadoras inteligentes dentro de la pista y eso ayuda mucho al entrenador.

- Seguirán como centrales Marizza Faria y Cecilia Cacheda que forman una pareja de garantía.

-Eso sumado a que cuando yo jugaba también lo hacía en esa posición creo que va a hacer que nos entendamos rápido, vemos el balonmano de la misma manera. Pero también serán importantes el resto de jugadoras porque muchas ya llevan varios años jugando en División de Honor y eso nos va a hacer adaptarnos rápido.

- Habrá bastantes cambios en la plantilla.

- Se fueron jugadoras importantes, unas porque se retiraron y otras porque ficharon por otros equipos, pero el club ha trabajado para reforzarse y a partir del lunes hablaré con el presidente para ver como está el equipo y también que cuerpo técnico tendré.

- Tanto el club como usted tienen el reto añadido de la posibilidad de jugar en Europa, ¿ha influido en su decisión de fichar?

-Siempre es un aliciente poder jugar en Europa pero a día de hoy no es algo seguro todavía. Esperemos que no pase como la vez anterior que tuvieron que renunciar. Eso es algo que está en manos de la directiva y yo acataré lo que ellos decidan. Si por los motivos que sean no podemos jugar esa competición nos centraremos en la Liga y en la Copa de la Reina.

- ¿Qué le parece el previsible nuevo sistema de competición con dos grupos?

-Cuando empecé a jugar en División de Honor el sistema era ese con dos grupos. Desde Gijón tenemos un grupo complicado en cuanto a desplazamientos que son todos bastante largos: Porriño, Córdoba, Valencia, Elche. En ese sentido nos perjudica porque hay equipos más cercanos como Pereda, Bera Bera, Zuazo o Valladolid pero no estarían dentro del grupo que nos toca. Veremos si finalmente los grupos quedan formados de esa manera.