Cuando el departamento de marketing que gestiona las campañas del negocio del señor Tebas escogió este lema nunca pudo pensar que se le podría volver en contra.

La vuelta de la competición, de una competición artificial que nos quieren vender que disfruta de una seguridad perfecta pero el sábado tiene una enorme fisura, con la aparición de un aficionado en el terreno de juego de Mallorca, no me gusta y la adultera. La adultera porque las normas y las circunstancias para estos 10 partidos no son las mismas que en los 31 anteriores.

Ahora sí podemos hablar de 22 hombres con una pelota. Pero eso, eso no es fútbol. El fútbol es un espectáculo, es una pasión, es un sentimiento que arrastra a millones de personas a lo largo del mundo. Esas personas son las que van al campo y se ha reanudado algo en la que no están y eso hace que cambie todo.

El público, con una perfecta simbiosis con los jugadores, hace que un partido pueda cambiar en cuestión de minutos. El público hace que un futbolista se vea arengado en un momento puntual. El público, en definitiva, es un elemento insustituible que hoy lo han hecho inexistente.

Las normas que se aplican rozan en muchos casos el absurdo. Los medios de comunicación tienen sesgado su trabajo con lo que la libertad de expresión queda en entredicho.

No me gusta lo que veo, no me gusta esta reanudación artificial en beneficio de unos pocos, pero claro; no es fútbol, es la Liga.