La asamblea de la Federación Española de Balonmano aprobó por 73 votos a favor, 4 en contra y una abstención la obligatoriedad para los clubes de la Liga Iberdrola, en la que milita el Liberbank Gijón, de contar con 12 fichas profesionales. Fue esta una petición de la Asociación de Jugadoras reiterada en anteriores ocasiones pero que esta vez si fue aceptada. Algo que supondrá un incremento en los costes salariales de los clubes.

"Estamos pendientes de conocer exactamente los detalles. Esta temporada nosotros teníamos 13 fichas profesionales pero solo tres eran a jornada completa. Era más de lo que se exigía hasta el momento", manifestó el presidente del club gijonés, Pelayo Álvarez al que el cambio le cogió un tanto de sorpresa, "lo cierto es que no teníamos previsto que cambiara para la temporada que viene", reconoció.

Sin embargo la propia asamblea rechazó la creación de una comisión económica para la máxima categoría del balonmano femenino lo que da lugar a suspicacias porque sería la encargada de comprobar si esta norma se aplica de verdad o los clubes buscan subterfugios para eludirla como ha venido sucediendo en ocasiones anteriores con otras normas de carácter económico sin que los infractores sufriesen sanción alguna. Algunas jugadoras ya han manifestado su inquietud porque el acuerdo acabe siendo papel mojado y piden que sea la propia federación la que establezca algún tipo de control para comprobar que el acuerdo se esté cumpliendo.

El Liberbank Gijón no solo cumplía la normativa vigente la pasada temporada sino que la mejoraba y ya sabía que para poder jugar competición europea debía de contar al menos con seis jugadoras contratadas a jornada completa y otras seis a media jornada. Ahora deberá ajustar el presupuesto a la nueva norma aprobada por la asamblea general. "Está claro que nos va a afectar, el coste será mayor, seguro", indica Pelayo Suárez. Los responsables del club gijonés están "peleando como locos", en palabras del presidente, para "buscar financiación para poder jugar en Europa", y no tener que volver a renunciar como ya sucedió hace dos temporadas.