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Asturias, cuna de un campeón

Carlos Sainz levantó pasiones en los rallies "Príncipe" y "Llanes"

Sainz celebra su triunfo en el Fórmula Rally de Oviedo de 1996. ARCHIVO JAS

Carlos Sainz apareció por Asturias en 1985. Piloto oficial Renault, corrió el rally de Llanes y el Príncipe, y fijó su base de operaciones en Sevares, en La Pérgola, que regentaba Alfonso Díaz Acebal.

Por aquel entonces, Sainz ya levantaba pasiones. Había ganado la Copa Seat Panda (1981) y la Renault de circuitos (1982) y corría rallies en la zona centro con un R5 de la red Renault de Madrid. Bernard Tramont, jefe de competición de Renault, lo fichó tras su efímera fuga a Opel a finales de 1984.

Sainz tuvo una gran vinculación con Asturias, que aún hoy mantiene a través de Fernando Alonso y "Cohete" Suárez. En Asturias corrió con Renault en el 85 y 86 (4 rallies, dos segundos puestos y dos abandonos) y Ford 87 y 88 (4 rallies con dos victorias, un segundo y un abandono), dio a Ford dos campeonato de España de rallies.

En 1989 saltó al mundial con Ford y en 1990 fichó por Toyota, logrando ese mismo año su primer título. Repitió campeonato mundial en el 92 y perdió o le "robaron" otros títulos.

LA NUEVA ESPAÑA fue testigo directo de esos títulos logrados con el Toyota en Chester (Inglaterra) y de dos de sus más importantes decepciones, ajenas al ya bicampeón del mundo de rallies, como fueron Subaru (1995) y el Corolla parado a 300 metros de la meta del último tramo en 1998. Muy recordado y doloroso fue el de 1995 que le arrebató Collin McRae. Ambos corrían en Subaru, aspiraban al campeonato y el equipo se decantó por el piloto inglés. Para ello "operaron" en las prestaciones del coche. Sainz ganaba en los tramos planos o con bajadas a base de arriesgar, síntoma inequívoco de que le habían quitado potencia al Impreza.

En el final de un tramo muy resbaladizo, con llovizna y niebla, no pudo contenerse al llegar al control y dijo: "Voy al limite, no puedo más. Me gana en subida", y confesó al enviado especial de LA NUEVA ESPAÑA: "Tu sabes lo que eso significa". Como remate de la década del 90, en 1998, con la meta a la vista y el título en el bolsillo, el Corolla se paró. El "trata de arrancarlo, Carlos", de su copiloto Luis Moya, resonó en todo el mundo.

Rápido en todos los terrenos (asfalto, tierra, nieve, hielo y barro), meticuloso, trabajador infatigable e inmejorable en la puesta a punto, pilotó para Seat (Panda), Renault (R5 Tour de Corse y Maxi Turbo), Opel (Ascona 400), Ford (Sierra y Escort Cosworth y Focus)), Toyota (Celica y Corolla), Subaru (Impreza) y Citroën (Xsara). Dejó los rallies en 2005 y comenzó en raids en 2006 con Volkswagen. Ganó el Dakar en 2010 y cuatro años después fichó por Peugeot, con quién gano en 2018. En enero ganó su tercer Dakar.

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