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El baloncesto asturiano despide a Tino Grana

Dirigentes, entrenadores, jugadores y amigos llenaron la iglesia de San Pedro en el funeral del expresidente del Gijón Baloncesto

Un momento del funeral de Tino Grana. JULIÁN RUS

La iglesia de San Pedro se quedó pequeña para despedir a Tino Grana, empresario y carismático expresidente del Gijón Baloncesto fallecido en la madrugada del pasado lunes tras una larga enfermedad. El mundo del baloncesto quiso acompañar a la familia, su esposa Maite y sus hijos Marcos, Tino y Toño, sus nietos Covadonga, Bárbara, Isabel, Inés y Pelayo o sus hermanos Ana, Juan, Jesús y Pepe, quienes pudieron comprobar el cariño que despertaba su figura.

En la ceremonia estuvieron presentes dos de los expresidentes del Gijón Baloncesto, Fernando Ruiz y Félix Baragaño, quien fuera el hombre fuerte del club tras la conversión de este en sociedad anónima deportiva. Por supuesto, alguno de los directivos de su etapa de presidente como Aquilino Tuya o el ex gerente durante varios años, aunque no en la etapa de Grana, Alberto Suárez Braña.

Fueron momentos en los que los presentes echaron la vista atrás y recordaron a muchos de los ya desaparecidos y que fueron historia del club, como el gerente Emilio de Diego, el entrenador Ed Johnson o el periodista de LA NUEVA ESPAÑA Dioni Viña, uno de los socios fundadores del club. También para rememorar anécdotas o intensos partidos. Entre las primeras, ocupa puesto destacado la idea pergeñada por la directiva de Tino Grana de organizar un concierto para recaudar fondos. Se eligió a Isabel Pantoja, que llenó el recinto y dejó en las arcas del Gijón Baloncesto cinco millones de pesetas, que era mucho dinero para aquella época.

La dupla formada por Tino Grana y Bill McCammon hizo posible el sueño de los amantes asturianos del baloncesto hace justo ahora 25 años. Sus nombres quedarán unidos para siempre como uno de los mejores recuerdos deportivos y por ser excelentes personas.

Entre los presentes, entrenadores como Vicente Charro u Óscar Moro, exjugador del club y también un buen número de jugadores que Grana tuvo a sus órdenes durante su mandato. Al funeral acudieron hombres como Pablo Noguero, José Carreño o Juanjo Meana, componente este último de la plantilla que logró el primer ascenso a la ACB y que estaba cargada de jugadores asturianos. Políticos en activo y retirados también se acercaron a dar su adiós a un hombre que fue clave en el baloncesto gijonés durante más de una década así como representantes de otros clubes como el presidente el Club de Regatas Alfredo Alegría, el directivo del Grupo Covadonga Iván Pidal o el director general del Círculo Gijón Juan Bedia. Nacho Friera, ex directivo de la Federación Asturiana de Baloncesto, también acudió al funeral.

El oficiante recordó que "Tino Grana hizo el viaje a la inversa que muchos asturianos, él nació en Cuba y vino a España" y cómo "creó trabajo para sí y para muchas otras familias". Todos pusieron de relevancia su pasión por el baloncesto y como la mantuvo hasta el último momento, a pesar de que no podía volcarla en el que durante años fue el club de sus amores.

Regularmente se reunía con directivos y amigos con los que trabajó codo con codo en aquellos años y el tema de conversación no era otro que el baloncesto y, últimamente, los éxitos de la selección española. "La última vez que nos reunimos ya no pudo venir", recordó Aquilino Tuya.

La propia ACB se hizo eco de su fallecimiento y así lo recoge en su página web en la que también da el pésame a familiares y amigos. Tras el funeral, los restos mortales de Tino Grana fueron trasladados al Tanatorio de Cabueñes donde fueron incinerados.

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