El Liberbank Gijón ha tenido que renunciar a jugar competición europea por segunda vez en apenas dos años. La razón: las cuentas no salen. A pesar de que la decisión ha sido dura de tomar, no ha habido otro remedio, según aseguró ayer Pelayo Álvarez, presidente del club gijonés. "Habíamos puesto como objetivo llegar a los 60.000 euros para poder jugar en Europa y no llegamos". Así de claro se mostraba Álvarez apenas 24 horas después de haber comunicado a la Federación Española la renuncia del club a disputar la EHF.

En 2018, y tras haber ganado la Copa de la Reina, la decisión fue la misma y los motivos idénticos. "Si nos inscribimos sin tener garantizado ese dinero íbamos a comprometer el futuro del club, la decisión se toma por no hipotecar el futuro", señaló el presidente del Liberbank, que añadió: "Con esos 60.000 euros nos hubiera permitido llegar a una tercera ronda más o menos, pero si hubiéramos pasado más tendríamos que volver a buscar como locos más dinero".

"Jugar en Europa hubiese supuesto la necesidad de buscar algún refuerzo más y sin tener claro el dinero no podemos arriesgarnos a inscribirnos", reitera. Pelayo Álvarez reconoce que "es una decisión que cuesta tomar porque además es la segunda vez que lo tenemos que hacer".

Álvarez asegura que "este es un año muy difícil para conseguir dinero. Desde mayo que nos confirmaron la plaza europea hemos estado hablando con empresas e instituciones. Es verdad que fuimos consiguiendo pequeñas aportaciones, pero muchas estaban condicionadas a jugar en Europa tanto de patrocinadores como entidades públicas. Pero no hemos llegado a esa cantidad". Con todo, el club está agradecido a la colaboración de estas empresas que "a pesar de haber tenido una caída de sus ingresos muchas mantienen las cantidades que nos estaban dando, pero les es imposible dar más".

Pelayo Álvarez quiere centrarse desde ahora en la Liga y la Copa de la Reina, "pero la plantilla no está cerrada. Estamos intentando traer alguna jugadora más para afrontar bien estas competiciones". Las jugadoras Aida Palicio y Marizza Faria son las únicas que se mantienen en la plantilla de las que ganaron la Copa de la Reina y, por tanto, las que se han quedado por segunda vez con la miel en los labios de jugar un torneo europeo.

Palicio asegura que "es una pena que por temas económicos un deporte como el nuestro se vea tan limitado. Las jugadoras estábamos muy ilusionadas con la posibilidad de jugar en Europa y lo que tenemos que hacer es seguir luchando por volver a conseguirlo. A ver si a la tercera es la definitiva". "Este año es muy difícil en todos los sentidos y conseguir patrocinadores está siendo más complicado que nunca. Sabemos que el club lo ha intentado y ha hecho lo que estaba en su mano", reconoce la lateral asturiana. Palicio espera que esta renuncia no afecte a las jugadoras: "El objetivo de cada una es mejorar cada día, conseguir victorias y tratar de quedar lo más arriba posible, aunque luego eso suponga un problema para el club".

Por su parte, Manuel de la Cámara, presidente de la Federación Asturiana de Balonmano, también considera "una lástima que por segunda vez se clasifiquen para Europa, cosa que es muy difícil, y que no puedan jugar por no conseguir el dinero por falta de ayuda".

De la Cámara recuerda que "el Liberbank y las chicas del hockey patines son los dos equipos con más éxitos de Asturias, y es una pena que las jugadoras que han estado peleando todo el año para lograrlo ahora no puedan disfrutarlo por problemas económicos". El presidente de la territorial asturiana está convencido que "jugar una competición europea es bueno para Asturias, no solo para el balonmano, sino para el deporte en general" y recalca que "jugar en Europa no es fácil y a lo peor no llega más veces porque es muy difícil. Es una pena por el club y por las jugadoras".