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Zidane se aferra a "su" Liga

Un doblete de Benzema da un nuevo triunfo sufrido, el décimo seguido tras el confinamiento El técnico francés da al Madrid el 34.º título liguero tras formar un bloque sólido y fiable

Sergio Ramos levanta la copa de campeones de Liga junto a sus compañeros. SERGIO PÉREZ / REUTERS

Recuperación de Casemiro en campo rival, conducción de Modric, apertura a Benzema y gol. El 1-0 de ayer en Valdebebas resume las virtudes del Madrid campeón, tres años después de su último título liguero. Con Zidane en el banquillo, pero con pocas cosas en común con aquel equipo que casi siempre terminaba en Cristiano Ronaldo. Desde su vuelta al banquillo, consciente de que ya no contaba con el comodín de los goles del portugués, la obsesión de Zidane fue modelar un equipo. Evidentemente, lo ha conseguido y ya tiene "su" Liga, el título al que siempre ha dado más valor porque corona al equipo más regular.

Aunque el vestuario del Madrid sigue copado por estrellas mundiales, ninguna brilla más que la del ocupante del banquillo. En su primera etapa, Zidane se ganó fama de buen gestor de la plantilla porque se daba por descontado que en el campo le bastaba con las paradas de Keylor Navas y los goles de Cristiano. Aquel Madrid no necesitaba controlar los partidos, ni le importaba quedar muy atrás en la lista de los equipos menos goleados. Siempre había alguna individualidad salvadora: cuando no alcanzaba CR7 podía aparecer Benzema, o Sergio Ramos y, en ocasiones muy señaladas, incluso Gareth Bale.

Aquel Madrid que jugaba a tirones, que se permitía largos períodos de indolencia durante los partidos, se ha transformado en un bloque sólido, que concede muy poco en defensa y sabe esperar su oportunidad. Una línea que se ha acentuado tras el parón por la pandemia, en la que ha ganado seis de sus diez partidos por la mínima. Nada explica mejor el alma de este Madrid que su diversidad goleadora: 21 de los integrantes de la plantilla han aportado sus tantos, con Benzema a la cabeza (20).

Benzema ha sido la referencia en la delantera, y no solo por sus goles. El francés ha ejercido muchas veces de desatascador, con sus apoyos al centro del campo y asistencias. Completó una columna vertebral, lo que Luis Aragonés llamaba "pasillos de seguridad", formada por Courtois, Sergio Ramos y Casemiro. Ellos cuatro han puesto el signo de distinción en un discurso coral, con un montón de secundarios que han cumplido perfectamente su función. Entre ellos destaca la progresión de Mendy, una alternativa diferente a Marcelo para el lateral izquierdo. O la irrupción del joven Valverde, que apareció como un trueno y después fue dosificado por Zidane.

La gestión de la plantilla del francés sí guarda semejanzas con la de hace tres años, cuando en la recta final de la temporada se inventó un Madrid A (para la Champions) y un Madrid B (para la Liga). Ahora, sin cambios tan radicales, ha echado mano de casi toda la plantilla. También de dibujos tácticos diferentes, lo que le ha permitido minimizar la escasa aportación de Hazard (marcado por las lesiones), la dimisión de Bale y las intermitencias de Vinicius.

Ayer, con una alineación tirando a clásica, amarró el título tras un partido cien veces visto: controló tras el 1-0, pasó algún apuro tras el descanso y puso la distancia de seguridad tras un penalti con historia. Sergio Ramos se confabuló con Benzema para marcar al "estilo Cruyff", pero el árbitro ordenó repetir porque el francés ya estaba en el área cuando el andaluz tocó el balón. Fue entonces Benzema, sin artificios, el que puso el 2-0.

El Villarreal no se rindió y el gol de Iborra puso emoción a los últimos minutos. El empate rondó por Valdebebas, sobre todo en un triple remate en el área pequeña salvado milagrosamente por Courtois y con un remate final del propio Iborra fuera. En el añadido, Marco Asensio logró el 3-1, anulado tras la intervención del VAR por una control previo con la mano de Benzema.

En cualquier caso, el Madrid no hubiese necesitado lograr la victoria porque el Barcelona completó su errática trayectoria con una derrota en el Camp Nou frente a Osasuna (1-2). José Arnáiz adelantó al equipo navarro en el primer tiempo, Messi logró de falta su vigésimotercer gol en la Liga y Roberto Torres, en el añadido, convirtió a Osasuna en el primer equipo que gana en el Camp Nou después de 42 partidos. El anterior fue el Betis de Setién, que no ha conseguido mejorar al Barça de Valverde.

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