La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ARTES MARCIALES MIXTAS

El Fenómeno vino para quedarse

Joel Álvarez obtiene su segunda victoria consecutiva en la UFC tras someter al irlandés Duffy

Joel Álvarez celebra la victoria. UFC

Gijón, P. TUÑÓN

Saltó al octógono a ritmo de mariachi pero acabó con la pelea a ritmo de techno. Transcurría apenas medio asalto y Joel Álvarez, "El Fenómeno", le pegó un subidón al combate y, de paso, a su carrera, con la que está haciendo historia en las artes marciales mixtas (MMA) españolas consolidándose en la promoción de la élite mundial, la UFC. "He llegado para quedarme", gritó el asturiano en pleno éxtasis de celebración de su victoria contra el veterano irlandés Joe Duffy.

El peleador gijonés se hizo un hueco en los combates preliminares del evento celebrado en la isla de Yas (Abu Dhabi), donde la UFC levantó un complejo deportivo para albergar la competición sin público durante la pandemia: la UFC Fight Island. Y no defraudó. Llamó a la puerta de Dana White, mandamás de la UFC, para ocupar lugares de mayor enjundia en futuros eventos. Quién sabe si le llegará el momento de abandonar los preliminares y estar en los enfrentamientos estelares de un futuro cartel.

"Yo aseguro que la pelea, si no es por él es por mí, pero se acaba siempre", afirmó rotundo Álvarez en declaraciones tras el combate. Argumentos para decirlo tenía de sobra, tras finalizar a Duffy -uno de los pocos peleadores que tienen en su currículum una victoria contra Conor McGregor- en apenas dos minutos y 25 segundos del primer asalto. El Fenómeno evidenció el cuajo de sumar varias peleas en la UFC y dejó muy atrás el punto de agarrotamiento y excesiva prudencia de su combate de estreno, cuando perdió a los puntos contra Demir Ismagulov. La victoria por KO ante el italiano Belluardo de su segunda cita de UFC le dio una confianza que ayer sacó a relucir.

Álvarez sabe que en la promoción norteamericana quieren espectáculo y acción. Encontró en Duffy un aliado para ello. Poco amigo de las distancias y veterano adicto a los intercambios de golpes, el irlandés mostró sus intenciones desde el comienzo. El gijonés aceptó la invitación. No había hueco para la especulación ayer en la jaula. Se sucedieron buenas series de golpes con los puños y piernas por parte y parte. Y se produjo mucho pateo bajo: El Fenómeno tenía la clara intención de mermar las extremidades inferiores del irlandés a base de patadas.

Quién sabe si fruto del cansancio por la intensidad del combate o del daño causado por las largas y afiladas piernas del gijonés, Duffy decidió llevar la pelea al suelo. Consiguió derribar a Joel Álvarez, pero con ello se llevó su condena. Quería irse a la lona y acabó besándola después de que el asturiano, en un alarde de técnica y timing, rodease su cuello con sus brazos. Hizo valer así su mayor envergadura desde una posición de teórica desventaja, cuando caía al suelo con el irlandés encima. La guillotina fue eficaz. Duffy no aguantó la asfixiante presión y acabó dando las palmadas de rendición. Victoria número 17 de la carrera del peleador del Polígono de Pumarín y segunda seguida en la UFC.

"Estamos muy bien, contentos porque es el trabajo que hacemos y no hay nada más satisfactorio que el trabajo salga bien", declaró, lacónico, Joel Álvarez tras el combate. Alegría desbordada en su esquina, donde estaba el peleador andaluz Enrique Marín "Wasabi", con el que se entrena con la ayuda del centro deportivo gijonés Tíbet. "El killo y el guaje", se hacen llamar. Una mezcla que está dando resultados sobre el octógono más famoso del mundo.

No es el gijonés peleador fanfarrón, de show ante el micro. Él se lo guarda todo para el octógono. Pocas palabras y mucha acción. En sus manos está conseguir progresar en la UFC con esa fórmula: haciendo ruido en el único lugar donde lo debe hacer un guerrero, dentro de la jaula.

Compartir el artículo

stats