El Liberbank Oviedo ha tenido que esperar su momento en el mercado para encontrar una pieza que le puede dar un salto de calidad más que necesario. Esa pieza se llama Elijah Brown (California, Estados Unidos, 1995) y ya estuvo en España la pasada temporada, en las filas del Breogán de Lugo, donde solo pudo jugar dos partidos por el parón debido a la pandemia. En esos dos encuentros promedio 10.5 puntos y 13 de valoración. Una gran carta de presentación para un jugador que debe ser uno de los que marque diferencias en un OCB al que le ha costado un mundo formar la plantilla por el escaso presupuesto del que dispone esta temporada.

Brown es un escolta, de1.93 de estatura, con capacidad para anotar, pero que también aporta en el rebote y en otras muchas facetas del juego. Las necesidades del equipo harán que en muchas ocasiones tenga que jugar como un falso alero y aNatxo Lezkano le tocará dar equilibrio al equipo para que no sufra en defensa.

En su etapa universitaria, Brown jugó en tres equipos - Butler Bulldogs, New Mexico Lobos y Oregon Ducks-, siendo su carrera en la NCAA muy notable y en equipos que están entre los de más nivel de la NCAA. Tras su etapa universitaria, pasó por la G-League, la liga de desarrollo de la NBA, antes de probar fortuna en Europa primero en Lituania y después en la segunda italiana. La pasada temporada, el Breogán lo fichó por sustituir al exjugador del OCB Roope Ahonen tras la lesión del finlandés.

Brown es, además, un jugador con pedigrí, puesto que es hijo de Mike Brown, reputado entrenador de baloncesto de la NBA, que ha dirigido, entre otros, a Los Angeles Lakers. En la actualidad es entrenador ayudante de los Golden State Warriors.