Pocas veces en el competitivo mundo del ciclismo se ve una imagen como la de ayer. Carapaz y Kwiatowski, compañeros de aventura alpina, sonreían y daban palmadas en el último kilómetro antes de cruzar la línea de meta cogidos de la mano. La amistad forzada por compartir equipo (y órdenes). Pero la imagen tiene algunos antecedentes históricos. Está la famosa llegada a Alpe d'Huez, con Hinault y Lemond compartiendo foco. Pero antes, la escena tuvo un precedente en el Giro con un asturiano como protagonista: José Manuel Fuente.

El Tarangu dio muestras de su inmenso talento sobre la bici en el Giro de Italia de 1974. Fue tal su momento de forma que incluso llegó a poner contra las cuerdas a Eddy Merckx. Palabras mayores. Fuente era favorito al triunfo hasta que una pájara en San Remo le alejó de forma definitiva de la carrera. Pero el Tarangu siguió peleando y ofreciendo jornadas sensacionales de ciclismo. Los Dolomitas fueron testigo de su genio.

Allí, el asturiano recuperó casi 5 minutos a Merckx, ganó 3 etapas y regaló otra a Lazcano. Fue en Iseo donde entró en meta de la mano de Lazcano, en una imagen guardada en la retina por los que pudieron vivirla.

Fuente demostró en aquel Giro su talento. Ganó 5 etapas, además de la que regaló a Lazcano, portó la maglia 12 días y acabó quinto en la general.