A Pablo Carreño no le alteró la espera por saltar a la arcilla de Roland Garros. La pista número 14 del complejo parisino acogió el segundo partido más largo de la historia del torneo (seis horas y cinco minutos en la victoria de Lorenzo Giustino sobre Corentin Moutet con 18-16 en el quinto set) y retrasó el debut de Carreño, que resolvió en 2 horas y 16 minutos su partido frente al australiano John Millman (número 43 del mundo) por 6-3, 6-2 y 7-5.

Carreño, que ya dominaba por 2-1 en sus cara a cara con Millman, encarriló el pase a la segunda ronda en los dos primeros sets, muy plácidos, que parecían tener continuidad en el tercero, con una rotura que le situó 2-0. Pero Millman se soltó, encadenó cinco juegos consecutivos y pareció en condiciones de complicar la vida al gijonés. Pero ahí apareció el Carreño más sólido para devolverle el parcial y cantar victoria sin necesidad de recurrir al tie-break. Un comienzo esperanzador tras las malas sensaciones del asturiano en Roma, donde fue arrollado por Rafa Nadal. Su siguiente rival será el argentino Guido Pella (número 37 del mundo), que ayer se impuso al italiano Salvatore Caruso por 7-6 (6), 6-7 (4), 7-5 y 6-4. En los tres enfrentamientos anteriores, Carreño ganó en dos (torneo de Viena de 2017 y Open USA de 2019) y Pella en la eliminatoria de Copa Davis del año pasado.

Trámite para Nadal. Si Rafael Nadal debía tener problemas en su estreno en Roland Garros no se los iba a dar Egor Garasimov. Y eso lo comprobaron rápidamente los 600 espectadores privilegiados que estaban en las gradas de la central Phillipe Chatrier. La casa remodelada de Nadal desde el 2005 y donde ha ganado 12 títulos y busca ahora el decimotercero. En dos horas y cinco minutos el campeón del torneo se deshizo de un rival que jugaba este lunes su primer Roland Garros y que solo había disputado 6 partidos en su carrera en el circuito, a pesar de sus 27 años. La diferencia era demasiada sobre la pista aunque el tenista bielorruso se dio el placer de ganar el primer juego en un minuto y en blanco.

Nadal no estaba para bromas. Consciente de las dificultades que se encontrará en este inédito Roland Garros otoñal aprovechó esta cómoda primera ronda que le deparó el sorteo para acumular minutos en pista y sensaciones de cara a compromisos más complicados. Nadal acabó el partido con buenas sensaciones y 32 golpes ganadores que le permiten quitarse la ansiedad que podía tener antes del debut. Nadal sabe que solo es el comienzo, pero valía para coger ritmo. El último partido de Grand Slam que jugó se remonta a los cuartos de final que perdió en Australia, ante Dominic Thiem. El próximo, frente al norteamericano McEnzie McDonald, número 211.

Más apuros pasó Garbiñe Muguruza (cabeza de serie número 11) para ganar a la eslovena Tamara Zidansek (83º del ranking WTA) por 7-5, 4-6 y 8-6.