Los médicos deportivos saben que es casi una utopía, sobre todo en el campo profesional, pero lo tienen claro: la mascarilla debería de ser obligatoria en la práctica del ejercicio físico, incluso en el de alta intensidad. Así lo expone la Sociedad Española de Medicina del Deporte (Semed) en un comunicado hecho público la semana pasada. Uno de sus autores, el asturiano Miguel del Valle, reconoce que "cuando la exigencia física es máxima, la mascarilla estorba, pero nuestra obligación es velar por la salud".
Según el informe de Semed, los beneficios del deporte se contradicen con "dos enormes inconvenientes" en estos momentos: "El contacto y cercanía física entre los deportistas, y el elevado incremento de la ventilación pulmonar". Y añade: "De los 6-7 litros que ventilan los pulmones en reposo, se puede pasar a 100-150 por minuto en esfuerzo intenso, hasta los 200-250 que ventila un deportista de alto nivel en esfuerzo máximo. Esto supone que un recinto cerrado puede recibir cientos de litros de aire de varios deportistas que estén entrenando, que vuelve a ser utilizado por ellos. Si uno de esos deportistas es portador, con toda probabilidad, contagiará a algunos o todos sus compañeros".
Por eso, la Semed aconseja el uso de mascarilla en la práctica deportiva, "especialmente en recintos cerrados". Y desmiente que el uso de la mascarilla quirúrgica sea perjudicial para los deportistas. La sociedad médica sí reconoce que hay más dudas sobre el rendimiento, aunque un reciente estudio concluye que mientras las mascarillas FPP2 afectaban al rendimiento, las quirúrgicas sólo lo hacían al confort: picor, resistencia a la respiración, calor, presión.
Miguel del Valle, catedrático de Medicina de la Universidad de Oviedo, reconoce que en la Semed "no todos opinábamos lo mismo", pero respalda las conclusiones del informe. Por ejemplo, la necesidad de evitar los deportes de contacto y lucha "hasta que se normalice la situación. Si esto no es posible en la práctica cotidiana, se deberían usar mascarillas, como se indica en el documento".
Del Valle pone ejemplos prácticos. Cree que debería de ser obligatorio correr con mascarilla "porque las partículas donde está el virus se desplazan más lejos y la carga viral puede estar en el aire varias horas. Llega un momento en que la ventilación es tan alta que no eres capaz de ventilar el 100 por 100 y se libera dióxido de carbono". Admite la incomodidad del uso de la mascarilla en deportes colectivos, "pero afectaría a los dos equipos por igual". Y propone una excepción: "No sería necesaria la mascarilla en los deportes indiv iduales donde no hay contacto".
La distinta regulación en las comunidades autónomas es otro aspecto que lleva a la confusión. Así, en Galicia y Madrid es obligatorio el uso de mascarillas en los gimnasios, lo que ha provocado las quejas de sus propietarios por la disminución del número de clientes. Y en Madrid también ha sorprendido la obligación de llevar la protección facial en los partidos de fútbol de las categorías no profesionales.
