"Quiere decir que le he puesto en aprietos, que no estaba cómodo, que he conseguido tener un nivel alto y que tuviera dudas", añadió Carreño, que a la hora del balance se queda con lo bueno: "Mi nivel ha subido, vuelvo a tener el respeto de los jugadores, que me ven otra vez peligroso. Cuando juego a mi mejor nivel demuestro que estoy ahí peleando con cualquiera, ya sea el número 100 o el número uno".
Esas buenas sensaciones de Carreño se traducen en números. Desde la vuelta del circuito profesional, el gijonés ha encadenado diez victorias y cuatro derrotas en la modalidad individual. Eso quiere decir que a Carreño solo pudieron ganarle tenistas con mejor ranking: Karen Khachanov (16º), Alexander Zverev (7º), Rafa Nada (2º) y Novak Djokovic (1º). Además de su asalto a las semifinales de Nueva York y los cuartos de final en París, el gijonés logró el título de dobles en el Masters 1.000 de Cincinnati junto al australiano Alex de Miñaur. El próximo objetivo de Carreño será el Masters 1.000 de París, aunque antes podría rodarse en el ATP 500 de Viena o en los 250 de Bélgica y Kazajistán.
Nadal, a por la decimotercera. Hoy, a las 3 de la tarde, Rafa Nadal buscará su decimotercera final, ante Diego Schwartzman, con un balance muy favorable al español, que solo perdió ante el número 14 del mundo en el reciente Masters 1.000 de Roma. La otra semifinal la jugarán Djokovic y el griego Tsitsipas.