La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una renovación desde dentro

Rico, con margen solo para dos fichajes, tira de canteranos y cierra los frentes del Sporting: los descartes y Nacho Méndez

Javi Rico. Marcos León

Aterrizó en plena pandemia y desde el primer momento fue consciente de las limitaciones que se iba a encontrar. Javi Rico, canterano del Sporting, agente de futbolistas y trabajador de secretarías técnicas, afrontaba su primer proyecto en solitario como máximo responsable de la parcela deportiva del club de su ciudad. Lo hizo marcándose objetivos concretos para su nuevo Sporting: reforzarse con al menos un lateral y un extremo; dar salida a los descartes, acertar con el nuevo técnico, exprimir una plantilla heredada y conseguir la renovación de una pieza clave como Nacho Méndez. Puede decir Javi Rico a día de hoy, cinco meses después de su llegada, que ha podido cumplir con sus metas. Atado en el aspecto económico, con el mercado parado para obtener alguna inyección de dinero para poder afrontar más refuerzos, Rico ha sabido exprimir la herencia recibida de Miguel Torrecilla para firmar uno de los mejores inicios del Sporting en su historia. El acierto en la elección del nuevo entrenador ha sido clave. David Gallego, con filosofía de cantera, ha encontrado en Mareo junto al director deportivo una oportunidad para cubrir los huecos libres que quedaron en la plantilla del año pasado. La apuesta por Pablo García, Bogdan, Gaspar o Gragera se ha notado en esta primera toma de contacto con la competición.

Los fichajes tardaron en llegar. Hubo que esperar al inicio de la temporada para que Cumic apareciese para reforzar el extremo, justo después de que la primera opción, la de Mboula, se torciese. Esa operación pudo darse gracias a que Javi Rico logró dar salida a los descartes. Desde el primer momento tuvo claro aplicar medidas de presión para renovar un proyecto que no había dado buen resultado el curso anterior. Salieron cinco futbolistas (Cordero, Unai Medina, Isma Cerro, Traver y Santana). Y hace poco más de una semana llegó Saúl García, la última incorporación. La guinda al pastel hubiera sido otro delantero y la salida de Álvaro Vázquez. Gustaba Campuzano, pero el Espanyol se echó atrás para no reforzar a un rival. Así que Álvaro Vázquez se quedó en Gijón.

Javi Rico decidió desde el primer momento tener un contacto cercano con la plantilla. No se pierde una sesión. Enganchado a sus auriculares y a su teléfono sigue activo en su trabajo. Se encuentra cómodo también fuera de su despacho, en contacto con la realidad. Ahí, en la grada del campo número 1, o en cualquier lateral de otro terreno de juego de Mareo, comparte momentos de complicidad con el presidente Javier Fernández en los entrenamientos. El propietario fue clave al echarle un capote para desatascar la renovación de Nacho Méndez, el fleco suelto que le había quedado a Rico este verano, y con el que mantuvo un pulso del que salió ganador.

El jueves, con la tranquilidad y estabilidad de los resultados, Rico reconoció que había cumplido con las expectativas. Los objetivos marcados se lograron. Vinieron a Gijón los jugadores que necesitaban para reforzar al equipo. También salieron los que no contaban. Y además controla de cerca la evolución de los canteranos. Como en otros momentos delicados, la renovación ha llegado otra vez desde dentro de la casa y retocando y puliendo la base que ya había. Y por el momento el plan de Javi Rico, firme en sus ideas, le está yendo por buen camino.

Compartir el artículo

stats