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Roglic de rojo, Carapaz la alternativa, Movistar sin cobertura

Análisis de la primera etapa

Roglic de rojo, Carapaz la alternativa, Movistar sin cobertura

La vuelta de 2020 —la de las 18 etapas en vez de las 21 habituales, y más bien cortas, en la línea de lo que le gusta a la organización— empezó como acabó la última edición. Primoz Roglic —como el resto del Jumbo Visma— continúa imparable y se impuso en la primera llegada, la típica de la Vuelta al País Vasco con final en Arrate, una subida que nunca hace diferencias entre los hombres más en forma por mucho que se repita. El esloveno fue el más listo en el curveo final y se viste de líder, como el año pasado en Madrid. Su temporada está siendo escandalosa (recientemente se ha impuesto en Lieja) y solo el rendimiento metahumano del jovencísimo esloveno Tadej Pogaçar (y la mala estrategia de su equipo) le postergó al segundo puesto en el pasado Tour de Francia. El recorrido de esta vuelta le encaja perfectamente, con muchos finales en los que puede imponer su punta de velocidad y el Jumbo parece haber cambiado a una estrategia más ofensiva que la que le costó la ronda francesa hace unas semanas.

El recorrido también se ajusta al ecuatoriano Richard Carapaz. Otro que brilló en el Tour, aunque se quedó sin su etapa y que ahora encabeza un potente Ineos, en el que la incógnita es Chris Froome, tetracampeón en París, que ayer fue descolgado por su propio equipo, que tiraba delante mientras este hacía la goma, ya en dirección a su nuevo equipo, el Israel. El duelo entre Carapaz y Roglic está servido, mientras el Movistar se ahoga en su propia ansiedad, corriendo mal, con una única victoria (en una carrera menor) en todo el año, merced a un bloque débil, donde solo Enric Mas puede optar a ocupar un puesto entre los cinco primeros de la general.

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