Los corredores no aprovecharon el precioso recorrido que la organización había preparado para la 11ª etapa de La Vuelta a España. Las fuerzas más bien justitas y el horizonte inmediato con la llegada mañana al Angliru condicionaron una etapa que a punto estuvo de dejar un nuevo episodio lamentable para la historia del ciclismo, cuando Ineos, el equipo del segundo clasificado, Richard Carapaz, decidió plantarse a la salida en protesta por el cambio de criterio de los jueces, que contaron acertadamente los segundos que ayer le sacó en la llegada Primoz Roglic, dándole al esloveno el maillot rojo.

Tampoco debían quererlo para mucho, Ineos estuvo todo el día tapado ante la fuerte marcheta impuesta por el Jumbo de Roglic. El ritmo llegó hasta debajo de La Farrapona, a partir de ahí, moderaron. La intención era simplemente no dejar a la fuga coger tiempo, ante la presencia de Marc Soler, muy peligroso para la general.

El último puerto lo subieron tranquilamente, sin ataques, ni ningún favorito que entrara en crisis. La emoción se sentía dentro al vislumbrar los preciosos paisajes de la subida hacia los Lagos de Saliencia. Tampoco hubo demasiada pelea entre los fugados. Soler intentó soltar a sus compañeros de fuga, David Gaudu le cogió la rueda y le controló perfectamente con su mirada de pillo. En todo momento se veía ganador y lo hizo fácil. Soler entró segundo y demuestra ser lo único salvable de Movistar, que posiblemente no se llevará más victorias en esta edición. Por su bien, debería dejar el equipo navarro sin perder un año más.

Roglic y Carapaz están destinados a batirse mañana (y en la crono de Ézaro) por La Vuelta, en una edición que parece comienza a ir cuesta abajo. Menos mal que son 18 etapas en vez de 21. A cruzar los dedos por algo de espectáculo en el Angliru y porque vuelva a hacer calor. A Enric Mas, aunque vive en andorra, parece irle mejor. Igual hay top 5 español. ¡Unzúe saca el champán!