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Los continuos reveses del Liberbank Gijón

El equipo acusa su corta plantilla, la carencia de jugadoras zurdas y las numerosas lesiones

La plantilla del Liberbank Gijón antes del partido ante el Rocasa. | L. G.

El último parón del año en la Liga Iberdrola de balonmano no puede llegar en mejor momento para el Liberbank Gijón. Al equipo gijonés le ha pasado de todo en este tramo inicial de la temporada. Su partido en la cancha del Rocasa dejó en evidencia alguna de esas circunstancias, como su corta y desequilibrada plantilla o el alto coste que está pagando por las múltiples lesiones que está padeciendo.

El equipo comenzó la temporada con una plantilla corta y con solo una zurda, Laura Rivas, dos circunstancias que ya de por sí condicionan. Pero por si esto fuera poco, Natalia Montilla, una de las extremos, se lesionó de gravedad y ni tan siquiera pudo comenzar la Liga. Poco después, la que se lesionó fue Rivas, lo que dejó a Cristina Cabeza sin su única zurda y sin las dos teóricas extremos titulares.

Cabeza, entrenadora, comenzó a buscar alternativas. Llegó Marta Ordóñez, que acababa de dejar el equipo por razones de estudios tras un par de meses, y rotó a numerosas jugadoras por la zona derecha tanto en el lateral como en el extremo. Por allí pasan Marizza Faría, Aida Palicio, Sabrina Fiore o Debora Torreira, que con mayor o menor fortuna cumplen en la posición de lateral. Sin embargo, el ataque por el extremo derecho se resintió de manera considerable. En lo que llevamos de Liga son contados los goles que logran desde esa demarcación porque juega una diestra, y marcar con la derecha desde la derecha es muy complicado.

En una época en la que se pueden ver todos los partidos, los rivales ya han detectado las carencias del Liberbank Gijón en esas posiciones y ajustan sus defensas sobre el resto de la cancha sabedores que por la derecha va a hacer menos daño. La marcha de Ordóñez, que al menos garantizaba una rotación en el otro extremo, obliga al club gijonés a buscar de nuevo en el mercado. Sin salir de Asturias, la principal opción es Sandra Vallina a la que ya quisieron incorporar antes de comenzar la Liga, pero sin que se alcanzase un acuerdo con el Balonmano Gijón, por lo que parece complicado que ahora se pueda hacer. Encontrar una zurda ya de por sí no es fácil, pero hacerlo con la escasa disponibilidad económica del club lo hace aún más difícil. Cabeza, además, tuvo bajas puntuales en algunos partidos como las de María González y María Palomo, que regresaron lesionadas de una concentración con la selección junior.

Además de las circunstancias meramente deportivas, el Liberbank Gijón fue uno de los equipos que tuvo que confinarse y no porque tuviera un positivo en sus filas, sino como medida de precaución tras sí haber tenido un contacto directo con un positivo, el detectado en las filas de La Salud de Tenerife justo al día siguiente de jugar contra las gijonesas. El Liberbank Gijón tiene ahora dos meses para buscar soluciones y recuperar lesionadas. Al contrario que en otras temporadas, Cabeza no va a dar vacaciones más allá de algunos días a principios de diciembre y otros durante las navidades, y va a seguir trabajando.

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