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Los recuerdos de Maradona de Bango y Julio Alberto: “Lo tenía todo, era un jugador único”

“Fue uno de los mejores compañeros con los que tuve la suerte de compartir vestuario”, señala el gijonés

Bango con Maradona en el Carlos Tartiere. | LNE

Ricardo Bango coincidió con Maradona en el Sevilla en la temporada 92-93. Era la primera temporada del jugador asturiano en el club sevillano, tras su primera etapa en el Oviedo, club que le traspasó por 175 millones de pesetas. Bango era compañero de habitación de Simeone, mientras que el otro asturiano del equipo, Monchu, lo era de Maradona. Bango se mostró sorprendido por la noticia del fallecimiento de Maradona, que conoció por LA NUEVA ESPAÑA. “Sabía que había se había sometido a una operación quirúrgica y las últimas noticias decían su evolución era buena. Es una noticia muy triste para el mundo del fútbol y en especial para todos los que tuvimos la suerte de convivir con él”, apuntó el gijonés.

Bango guarda gratos recuerdos de la temporada que coincidió con Maradona. “Fue una experiencia increíble. Como jugador era único. Tenía un talento natural y una calidad técnica que nunca habíamos visto. Lo tenía todo, una técnica con el balón impresionante, una potencia de arranque y un cambio de ritmo con el balón que te dejaba sin palabras. Y luego como persona era también especial, muy extrovertido. Fue uno de los mejores compañeros con los que tuve la suerte de compartir vestuario”.

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La vida de Maradona, en imágenes

Maradona llegó al Sevilla después de su paso por el Barcelona y el Nápoles y tras cumplir una sanción de 15 meses por doping. Estaba a punto de cumplir 32 años y Bango tenía 21. La diferencia de edad no fue obstáculo para que entre ambos surgiese una relación especial. “A los dos nos gustaban las bromas y eso hacía que el ambiente en el equipo fuese agradable y distendido. Era muy buen compañero y para nada se creía una estrella, era uno más”. Bango tuvo la oportunidad de conocer lo que significaba Maradona para Argentina, ya que el Sevilla realizó una minigira por el país. “Fue increíble. Todo el mundo quería estar a su lado. Era un dios”.

“Banguito” era el nombre con el que Maradona llamaba cariñosamente a Bango. “Era muy bromista. Se integró muy rápido en el equipo y la relación con todos los compañeros era muy buena, a pesar de lógicamente estaba condicionado porque no podía hacer la misma vida que nosotros. Era salir a la calle y estar rodeado de aficionados, pero tenía un carácter muy abierto y lo aguantaba todo. Teníamos un gran equipo en el que también estaban Simeone, Suker, pero la llegada de Maradona nos dio otra dimensión y sobre todo, una gran repercusión mediática”. Sobre la comparación que siempre se hace con Messi, Bango aseguró que “no he visto jugadores tan parecidos y tan distintos al resto”.

Además de Quini, Maradona coincidió en su etapa en el Barcelona con otro asturiano, Julio Alberto, que ayer no podía disimular su tristeza: “Estoy muy tocado porque Diego fue un compañero excepcional y siempre un gran amigo. Era desprendido, solidario. Tenía muchas cosas buenas, a pesar de todo lo que pasó en los últimos años, de todo lo que le rodeaba”. “Todos tenemos problemas, pero yo prefiero destacar lo maravilloso que fue y que le dio al fútbol algo único”, añade el exdefensa candasín, que mantuvo el contacto con Maradona: “Le habíamos buscado un médico en Barcelona para que le operase de la cadera porque sufría mucho. Intentamos que viniera a pasar aquí una temporada”.

Julio Alberto no quiso entrar en los problemas de Maradona con las drogas: “Lo que pasó cuando se fue de Barcelona lo conoce todo el mundo. Yo prefiero acordarme del Diego que conocí: un futbolista que hacía cosas increíbles y un amigo”. Futbolísticamente, no tiene dudas: “Maradona fue el mejor de su época, una máquina”. Prefiere no hacer comparaciones con otros grandes de la historia: “Es muy difícil comparar futbolistas de épocas diferentes porque cambian los arbitrajes, las normas...”. Julio Alberto disfrutaba de él incluso en los entrenamientos: “Le gustaba regatear, tirar caños, pero no nos parecía mal porque era un hombre divertido. Nos hacía la vida más alegre”. Para Julio Alberto la noticia de ayer es un golpe más a una mala racha: “En los últimos meses se me han ido más de 20 personas entre amigos, familiares y conocidos por covid”.

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