Al Liberbank Oviedo Baloncesto se le escapó la victoria en la última jugada por 78-79 en un partido que siempre fue dominando. Los errores propios cuando tuvieron siempre el control del duelo fueron claves para que se cortara la racha de tres victorias consecutivas del equipo carbayón. Tampoco ayudó un arbitraje muy riguroso con los de casa y muy poco con los de fuera.

El Liberbank Oviedo Baloncesto sacó una renta muy pobre en la primera parte para los méritos que había hecho y que, con más acierto y sin la lamentable actuación arbitral, le debían haber servido para tener algo más de los cinco puntos con los que se fueron a los vestuarios (35-30). La energía de Norelia, los chizpazos de Speight y la aparición de un inconmensurable Kabasele sirvieron a los de Natxo Lezkano para olvidar una primera mitad no demasiado lúcida de Arteaga y Saúl Blanco. Lo mejor de todo fue la defensa, que solo permitió a Palencia tiros forzados. Fueron reaccionando los castellanos de la mano de un excepcional Borovnjak, que anotó nueve puntos en el segundo cuarto y que al final se fue a unos espectaculares 21 puntos, y de unos ajustes que fueron poco a poco tapando las vías de anotación de un Oviedo al que, a pesar de la buena imagen que ofrecer cada partido, siempre se le nota la juventud y falta de experiencia.

Llevaba la iniciativa siempre el Oviedo Baloncesto, también en el tercer cuarto, pero acciones de mérito de Palencia y algunas pérdidas absurdas de los locales hicieron que nunca fueran capaces de tomar distancia en el marcador. Al último parcial se llegó con tres puntos de ventaja para los de Pumarín (53-50) y con todo por decidir.

La resolución del partido en el último parcial fue una locura, con triples impensables y con un experto y veterano Palencia que aprovechó la madurez de sus jugadores para llevarse una victoria para la que los azules hicieron mucho méritos para haber dejado en Pumarín.