La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El deporte ante la pandemia

Deportistas asturianos dedicados al sector sanitario brindan por un 2021 con más salud y éxitos

Los ocho protagonistas se muestran optimistas: “Con paciencia y prudencia, la cosa mejorará”

Los deportistas asturianos también son campeones de la Medicina

Los deportistas asturianos también son campeones de la Medicina Elena Vélez

Para ver este vídeo suscríbete a La Nueva España o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Los deportistas asturianos también son campeones de la Medicina A. LORCA / N. AZPARREN / E. VÉLEZ

Nada de mallas ajustadas y capa. Aquí se llevan las batas y las camisetas deportivas. Ellos no tienen superpoderes, pero su capacidad para desdoblarse es ejemplar. En la reunión organizada por LA NUEVA ESPAÑA hay doctoras, enfermeros, estudiantes de medicina y hasta un rastreador de covid-19. Sanitarios entre los que se encuentran una campeona de Europa de hockey, un par de atletas, dos futbolistas que saben lo que es lucir el brazalete de capitanas del Oviedo y Sporting, un entrenador y un jugador de Tercera, y también un pivote de balonmano. Son deportistas y, al mismo tiempo, se dedican al sector sanitario. En un año como el actual, marcado por la pandemia, son los más indicados para despedir 2020 y darle la bienvenida a 2021, año de la esperanza en la medicina, pero también en el deporte, en ese anhelo por recuperar la normalidad.

Han conocido de primera mano las consecuencias del covid-19, pero han sacado tiempo para dejar su dedicación por unas horas para dedicarse a lo que más les llena: el deporte competitivo. “Por un 2021 con salud y deporte”, coinciden en señalar durante la cita.

2020 es un año que no olvidará Adrián González, ovetense de 37 años. Lleva 10 años trabajando como enfermero en la UCI del HUCA y nunca había vivido lo que le he tocado este año. Lleva algunos más en los banquillos y tampoco había logrado un éxito como el del curso actual: devolver a Tercera al histórico Titánico. Aunque ya había saboreado el éxito con el Madalena de Morcín, el de este año es diferente: “Es especial por todo lo vivido. Y porque las cosas parecen irnos bien en la categoría”.

"He visto casos en la UCI de padres por contagios de hijos, por eso soy precavido. Porque esos casos son reales"

Adrián González - Entrenador del Titánico y enfermero

decoration

Los recuerdos de este año se agolpan en su cabeza. Pacientes graves, sistemas tácticos, contagios, goles… Una experiencia que marca, con el covid como protagonista. “He visto casos en la UCI de padres por contagios de hijos, por eso soy precavido. Porque esos casos son reales. La situación termina agotando pero es más fácil en equipo”, indica, antes de una defensa sin ambages de la vacuna: “Seré el primero en ponérmela si es necesario. Con paciencia y prudencia, la cosa mejorará”.

Es difícil encontrar un deportista, hombre o mujer, con el palmarés que atesora Sara González Lolo, gijonesa de 28 años, capitana del Telecable Gijón de hockey sobre patines, cuatro veces campeona de Europa, tres de Liga y otras cuatro de Copa, además de internacional con la selección española. Y cuando se quita los patines, Sara se pone la bata de médica, carrera que ha terminado, aunque aún le falta hacer la especialidad, algo que deja para más adelante, decantándose por seguir con su carrera deportiva.

Fuera de la pista ahora mismo se dedica “a hacer reconocimientos médicos”. “No me he decidido a hacer la especialidad porque mi vida deportiva está a pleno rendimiento y quiero continuar un poco con esta faceta de mi vida, espero hacer la especialidad de Medicina en los próximos años”. Además, le gustaría “no tener que abandonar ni el deporte ni la medicina”. Y, aunque no le ha tocado lidiar de cerca con el coronavirus, sí que reconoce sentir orgullo de su profesión: “Siento mucho orgullo por la profesión y por todo lo que han hecho por la sociedad, por lo que siguen haciendo y por todo lo que, por desgracia, aún les queda por hacer”.

El atletismo es una de las especialidades a la que más ha afectado la crisis. La cancelación de competiciones ha alterado los planes de los atletas, que anhelan el regreso a la normalidad. A Vanessa Suárez le viene por partida doble: como atleta de cross y media maratón, y como organizadora de la carrera popular del HUCA, que en la edición del año pasado reunió, en sus dos modalidades a 3.000 participantes. Es la creadora, junto a dos compañeros, de una carrera que tiene como objetivo “promocionar los hábitos saludables”.

“Este año no hemos podido celebrarla, pero confío en que se pueda hacer en 2021, si logramos estar más cerca de la normalidad”, señala. Vanessa es otorrino en el HUCA, y atleta en sus ratos libres. Tras recuperarse de una lesión en el tendón de Aquiles mientras preparaba la maratón de Sevilla con el objetivo de bajar de las 3 horas, ahora le toca esperar por nuevos desafíos.

"Hay que tener en cuenta que hacemos unas siete guardias al mes y entrenar cuando te toca saliente de guardia es duro. La clave es ir ajustando: a tus necesidades y a tu estado físico"

Claudia Junquera - Atleta de 1.500 y otorrino

decoration

Comparte con Vanessa guion deportivo y profesional Claudia Junquera, atleta especializada en 1.500 y nacida en Gijón. Claudia es, además, residente de tercer año de traumatología en el HUCA. La constancia es clave para poder compatibilizar trabajo y pasión: “El primer año fue más duro, por la novedad. Hay que tener en cuenta que hacemos unas siete guardias al mes y entrenar cuando te toca saliente de guardia es duro. No es igual que cuando estás descansada. La clave es ir ajustando: a tus necesidades y a tu estado físico”.

Claudia empezó con el atletismo con 11 años y tras foguearse con el cross y probar con el 3.000 obstáculos ha encontrado su sitio en el 1.500, para muchos la prueba reina. “Se me hacía tan duro el 3.000 obstáculos que el 1.500 me parece más fácil”, dice entre risas. Desde la planta de trauma, el covid le ha pasado de cerca, pero sin influencia directa: “No hemos tenido casos, ni tener que intubar a nadie, pero ves lo que sucede en el hospital y asusta”.

Carmen Fernández y Pañu, en el parque de San Francisco Irma Collín

Antes de la pandemia, Carmen Fernández, excapitana del Real Oviedo Femenino, de 22 años, tuvo que tomar la decisión de dejar el fútbol por sus estudios de Medicina. En estos momentos está cursando sexto y le ha tocado echar una mano durante la pandemia haciendo un poco de todo. “Llevaba desde los 15 años en el Oviedo, pero ya no me daba la vida con las prácticas de la carrera y todo”, relata. Ahora trata de matar el gusanillo del deporte jugando en un equipo de pádel, aunque la verdadera batalla la ha tenido en el HUCA, donde le ha tocado hacer un poco de todo: “Hacemos rotaciones, hemos estado en clínica, en Urgencias, me ha tocado vivir de cerca toda la pandemia y he tratado de ayudar en lo que he podido. Nos ha tocado aprender rápido para poder hacerlo bien”, añade.

En cuanto al deporte, reconoce que lo echa mucho de menos: “Me parece como que me falta algo”. Y sobre las restricciones en el deporte, asegura que es posible practicarlo con seguridad pero advierte de que es importante tener las preferencias claras: “Lo principal es evitar los contagios, saber que tenemos una vida fuera y extremar las precauciones”. Más aún cuando, como era su caso en el fútbol, casi nadie vive del deporte y tiene que hacer otra actividad fuera del campo.

Paula Jiménez, “Pañu”, capitana del Sporting, de 21 años, es auxiliar de enfermería, y lleva desde septiembre trabajando en el HUCA. Cuando llegó, lo primero que le instaron a dejar fuera del hospital fue el miedo: “Desde el primer día me dijeron que medio ninguno, me ha tocado hacerme muchas pruebas y algún confinamiento ya he tenido que hacer, trato de estar el menor tiempo posible fuera de casa, básicamente me dedico a entrenar, a ir al hospital y volver a casa”. Reconoce también que el fútbol es una buena ayuda para “escapar de la pandemia”, pero aun así advierte de que lo que toca es estar alerta: “No son solo nuestras vidas, son la de otras personas”.

Sobre el deporte, considera que “sí se puede hacer”, aunque hay algunas restricciones que considera “normales”. Para ella todo este tiempo ha sido “un máster”: “Cómo actuar en medio de una pandemia es algo que estudias, pero que luego no llevas a la práctica y en nuestro caso lo hemos vivido”.

Los 8 sanitarios, en el Parque de San Francisco. Irma Collín

El de Hugo Sánchez, natural de Riaño (Langreo), es uno de los casos más curiosos en cuanto a deportistas que en las últimas fechas han tenido un contacto más cercano con el covid. En su caso, vía telefónica. Además de actuar como lateral izquierdo del Titánico de Laviana, Hugo es militar. Y fue uno de los que le tocó hacer de rastreador cuando comenzaba la segunda ola. “A mí me tocó en el primer turno, en el que los militares echamos un cable y era todo bastante novedoso”, señala. “Al principio no había casi ningún caso; después empezamos a constatar más”, añade. A los rastreadores les hicieron primero un curso de formación vía web con algunos conocimientos básicos, “y directrices de cómo tratar a la gente”. Se dividieron en tres turnos: “La primera semana me tocó por las mañanas, de lunes a domingo. La segunda, por las tardes. Y la tercera, de descanso”. El acuartelamiento de Cabo Noval, en Noreña, se adecuó para la ocasión.

"De momento, por el covid no he tenido problemas pero sí sé de otros jugadores en estas categorías que han tenido que dejarlo por temor a posibles contagios"

Hugo Sánchez - Jugador del Titánico y militar, fue rastreador

decoration

Superada aquella experiencia, algo diferente en el mundo militar, Hugo se desdobla ahora para poder seguir jugando al fútbol, su pasión. “De momento, por el covid no he tenido problemas pero sí sé de otros jugadores en estas categorías que han tenido que dejarlo por temor a posibles contagios”, indica el futbolista.

Ese, el de dejar a un lado el deporte por culpa del covid, es el caso de Carlos Alberto Sánchez Norniella, Charly. Pivote del Unión Financiera Base Oviedo de balonmano en los últimos años, que esta temporada ha dado un paso a un lado por voluntad propia. “Fue una decisión dura, pero bien meditada”, señala el ovetense. Charly es canterano del club azul y enfermero de quirófano en una planta UCI del hospital gijonés de Jove. Los riesgos de entrenar y competir sin mascarilla le han hecho tomarse una temporada sabática.

“Creo que esta va ser la temporada del ascenso. Y no quiero perdérmela”.

Charly - Pivote del Unión Financiera Balonmano Base Oviedo

decoration

Aunque, anuncia, solo es un paréntesis: “Yo espero que si la situación mejora con la vacuna pueda volver a competir. Ya lo tengo hablado con el club, ojalá en marzo pueda regresar porque lo echo de menos”, explica, y subraya una razón de peso para intentar volver este mismo año: “Creo que va ser la temporada del ascenso. Y no quiero perdérmela”.

El mono de balonmano es tal que esta misma temporada hizo un amago de volver. Participó en un par de entrenamientos, pero un positivo de un rival en un amistoso en Zarautz le hizo desechar la opción de regresar. Su vertiente sanitario le ayudó a tomar la decisión.

Compartir el artículo

stats