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Fútbol

El Marino vive con “miedo” por el mal estado de los vestuarios de Miramar: así están las peligrosas instalaciones

“Un día va a pasar algo”, lamenta Luis Gallego, presidente del club de Luanco, que juzga “prioritario” reparar y mejorar los desperfectos

El Marino vive con “miedo” por el mal estado de los vestuarios de Miramar Mara VILLAMUZA

El Marino de Luanco está acostumbrado a luchar contra gigantes, a resistir en una liga, la Segunda B, que les exige un enorme esfuerzo organizativo y económico para seguir adelante y ser competitivos. Se trata de un equipo pequeño, el orgullo de un concejo de 10.400 habitantes que hoy mismo, a las 17 horas, recibirá en Miramar a la Cultural, equipo que representa a la ciudad de León. Un partido al que, por fin, podrá asistir público.

Un partido más en el que el Marino y su rival tendrán que usar unos vestuarios que apenas han cambiado en los 68 años que tiene el campo municipal. Su ubicación, en los bajos de las instalaciones, hace que cada vez que llueve con intensidad se inunden. Y tanta agua acumulada durante tantos años ha hecho que los desperfectos sean ya casi irreparables y que el riesgo de que suceda una desgracia, con cables colgando por las paredes al tiempo que cae el agua del techo, sea muy real. Unos problemas que van más allá de los vestuarios. Una parte del muro de uno de los fondos se ha derrumbado y la caseta donde los operarios guardan las herramientas con las que cuidan el césped está casi derruida, sostenida por unas débiles vigas también afectadas por la humedad y con unas grietas por las que casi se puede introducir un dedo.

El Marino vive con “miedo” por el mal estado de los vestuarios de Miramar

En estas condiciones, José Hinojosa López, exárbitro y utillero del club, acude cada día al campo para, entre otras cosas, lavar la ropa, algo que se ha complicado tras la última inundación, que ha estropeado la lavadora y que obliga a Hinojosa a llevarla a una lavandería. En su opinión, unas instalaciones nuevas en Miramar son una cuestión de “humanidad”. Lo dice mientras señala el cuadro de luces, mueve la cabeza y murmura que “un día va a pasar algo”.

Luis Gallego, presidente del club, reconoce que seguir usando esas instalaciones les produce “miedo y respeto”: “Arreglar los vestuarios es prácticamente imposible, lo que hablé con Mariana (García), la concejala de Deportes, que nos atiende siempre bastante bien, es de la posibilidad de hacer unos vestuarios prefabricados, para eso no hace falta gastar mucho dinero; lleva Mareo 14 años con ellos sin problema ninguno, en Amandi, en Villaviciosa, es lo que pusieron ahora; habría que ponerlos en el fondo, donde están los carteles de publicidad, y hacer ahí todo lo que se necesite: vestuarios, un pequeño gimnasio, el almacén de la ropa, la secretaría, la lavadora”, añade el veterano presidente.

El Marino vive con “miedo” por el mal estado de los vestuarios de Miramar

El Marino vive con “miedo” por el mal estado de los vestuarios de Miramar

Gallego es consciente de que “son muchas las cosas que hay que hacer” en Gozón, pero considera que el arreglo de Miramar “es prioritario”: “Esto hay que cerrarlo y tendrán que tirarlo, es un peligro porque un día se nos viene abajo”, advierte. Además, esto le supone gastos extra al club: “A la lavadora, con la inundación le entró agua y se quemó el motor, serán unos gastos superiores a mil euros, a ver cómo los podemos afrontar”.

Otro asunto que le preocupa es la imagen que proyecta Luanco fuera de Asturias en partidos como el de hoy ante la Cultural: “No es el Marino, somos Luanco, al final esto es el nombre de Luanco, y ahora en Segunda B esto es muy diferente, estamos en televisión, para hoy calculan que entre la autonómica de León, que da el partido, y “footters” va a haber una audiencia de 60.000 espectadores, imagínate lo que es eso para meter el nombre de Luanco en Castilla y León”, señala el presidente.

El Marino vive con “miedo” por el mal estado de los vestuarios de Miramar

Y, por si fuera poco, está el problema de las instalaciones de Balbín, que 50 días después de haberse acabado siguen sin estar abiertas: “Desde hace 50 días allí no ha aparecido nadie y ahí está el campo, que no lo podemos utilizar para entrenar ni nosotros, ni el Gozón, ni el Podes, ni todo el fútbol base nuestro, que está en casa y los chavales, ansiosos por ir a jugar ahí”, lamenta el presidente.

Un problema que les está afectando en lo deportivo, puesto que el equipo que entrena Oli apenas puede ejercitarse: “De los 37 años que llevo aquí, la actual es de las cuatro mejores plantillas que tuvimos, con cuatro futbolistas que jugaron en Primera; pero todo esto nos afecta mucho, los chavales están locos, un día se entrenan en La Morgal, otro en Gijón, otro día van a la playa, no pueden trabajar en las condiciones propias de un equipo de fútbol”.

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