La tenista ovetense Eugenia Menéndez, de 13 años, ha comenzado la temporada mucho mejor de lo que esperaba. Y no porque la jugadora del Club de Tenis de Oviedo no tuviera el nivel suficiente como para ser segunda en la primera prueba del Tour “Rafa Nadal” sub-14, sino porque la preparación ha sido complicada debido a las restricciones al deporte que ha habido en Asturias por la pandemia del coronavirus. Lo explica la propia jugadora desde Barcelona, donde fue el torneo, horas después de perder la final por 6-4 y 6-4: “He tenido poco tiempo para prepararme y, dentro de eso, salió bien; da rabia perder la final, pero jugué bien, aunque siempre hay cosas que mejorar”.
La lluvia provocó que la competición tuviera que retrasarse y que la final se jugara ayer, en lugar del domingo, y que Eugenia haya tenido que perderse un día de clase, lo que la obligó ayer, en Barcelona, a pasarse la tarde estudiando: “Me mandaron unas tareas con unos plazos y en los tiempos libres lo voy haciendo”. A pesar de la exigencia que supone para una jugadora de su nivel, que está entre las mejores de España de su categoría, la asturiana lo afronta todo con una gran disposición, sin agobios y disfrutando de lo que hace: “Nunca entreno con pereza, para mí es como una liberación; siempre tengo cosas que hacer y la verdad es que eso me gusta”, añade.
El torneo del que ayer se proclamó subcampeona, el “Tour Rafa Nadal”, tiene varias pruebas y las mejores se clasifican para una final que se disputa en la academia de Nadal en Manacor (Islas Baleares). Llegar a disputarla es uno de sus objetivos: “Si sigo trabajando tendré posibilidades de ir, luego también está el campeonato de España y el Conde de Godó sub-14, a la ganadora de ayer le dieron una invitación para jugarlo y espero ganarme yo también otra en los siguientes torneos; me haría mucha ilusión”.
La entrenadora de Eugenia, Mónica Louzao, tiene una confianza máxima en su pupila y en su capacidad para compaginar estudios y deporte: “Sacrifica muchas cosas de su vida privada y se merece que este año sea el suyo”. Para Louzao, Eugenia tiene muchas opciones de salir campeona al final de este torneo, aunque prefiere dejar la presión a un lado: “Con todas las dificultades que ha tenido para preparar el torneo, este subcampeonato es un éxito; ella apenas ha podido entrenarse mientras que jugadoras de otras partes de España sí que han podido hacerlo”.
La disciplina de entrenamiento de Eugenia le supone “muchas horas” prácticamente todos los días entre físico y tenis. “Son muchas horas y luego están las clases en el colegio San Ignacio”, explica la entrenadora. Aun así, dice que nota a Eugenia “muy motivada” para afrontar los restos que tiene en el futuro. Durante el invierno, por las inclemencias del tiempo, se ejercita algunos días en una pista cubierta que hay en Turón a las órdenes de José Manuel García. Una forma de que la preparación no se vea interrumpida por la lluvia.
Eugenia estuvo acompañada por su madre, Inés Zozaya, en Barcelona, quien reconoce que el nivel deportivo de su hija la obliga a ser “muy madura” para su edad: “Le gusta mucho lo que hace, a Eugenia el tenis es lo que le gusta”. Aun así, para que todo funcione, necesita del “apoyo de los entrenadores”. Y es que se trata de un deporte individual en el que a Eugenia le toca estar sola en la pista, con sus errores y sus aciertos. “Es una guerra psicológica”, apunta Inés. Eugenia, por su parte, es consciente de ello y de que le toca pasarlo bien: “Ahora no es el momento de preocuparme por el futuro”.
