El Mallorca ha conquistado este martes el noveno ascenso a Primera División de su historia subido en una montaña rusa, que le ha llevado en los últimos cuatro años a ascender y bajar de categoría sin parar.

El regreso a LaLiga una temporada después corona una trayectoria brillante del grupo de Luis García Plaza, acostumbrado desde 2017, cuando se hundió en el pozo de Segunda B, a celebrar más triunfos que a lamentar derrotas.

El Mallorca, con el cuarto presupuesto más alto de la categoría (19 millones de euros), tras el Espanyol (45,3), Almería (27,6) y Leganés (26,7), ha tocado las teclas justas para recuperar un sitio en Primera tan solo un año después de haberlo perdido.

Superó con matrícula el trauma de quedarse sin su entrenador fetiche, Vicente Moreno, el de los tres ascensos seguidos, y sin sus principales futbolistas, el croata Ante Budimir (Osasuna), el japonés Take Kubo (Getafe) y el colombiano "Cucho" Hernández (Getafe).

Apostó por Luis García Plaza, un técnico conocido pero que en las últimas temporadas había estado ejerciendo en Arabia Saudita y China y, por tanto, desvinculado del día a día del fútbol español.

El entrenador madrileño mantuvo, con muy buen criterio como se ha demostrado, el bloque de los últimos años y confió en otros jugadores que han sido clave en el ascenso como Abdón Prats, Íñigo Ruiz de Galarreta, Antonio Sánchez y Amath Ndiayé.

La campaña de los mallorquinistas en gran parte del torneo fue espectacular: durante ocho meses no perdió ningún partido como visitante, su defensa fue la menos batida prácticamente todo el curso y cuando atrapó la cima de la clasificación nadie le movió de ahí.

El Mallorca de Luis García, además, ha batido sus registros históricos de puntos en una temporada (suma 76) en Segunda superando los 73 de Vicente Moreno en Segunda B, los 70 de Tomeu Llompart en la temporada 1996-1997 y los 71 de Luis Aragonés en Primera (2000-2001).

El equipo, no obstante, pasó por momentos difíciles en el tramo final del campeonato, que se le hizo muy cuesta arriba tras sumar 2 puntos de 18 en juego en seis salidas seguidas.

La pérdida de solidez lejos de Son Moix, que era su punto fuerte, le hizo dudar, pero tuvo la suerte de que sus rivales en la lucha por el ascenso directo no supieron aprovechar ese bache.

El Mallorca, de nuevo en Primera por la puerta grande, se resiste a ser conocido como 'equipo ascensor'.

Sus directivos creen haber aprendido de los errores del pasado curso y se miran en el espejo del ciclo brillante de las 16 temporadas consecutivas en la máxima categoría, disputando finales europeas, la Liga de Campeones y ganando una Copa del Rey.

La propiedad estadounidense de la entidad balear, con Robert Sarver al frente, y los directivos Pablo Ortells, director deportivo, y Alfonso Díaz, director de negocios, ya se han puesto manos a la obra para confeccionar un equipo que no desentone entre los 'grandes' del fútbol español.

Sarver, propietario de los Phoenix Suns de la NBA, ha invertido unos 45 millones de euros desde su llegada al club en enero de 2016.

Esa cantidad incluye los 9 millones de los fondos que aportó tras la última ampliación de capital en noviembre del pasado año, en una apuesta decidida por la entidad bermellona.

El Mallorca vuelve a Primera con el objetivo de quedarse "muchos años" en la mejor Liga del mundo, como aseguran sus directivos.