El Real Madrid quería tapar con celeridad la herida que dejó abierta Zidane y Ancelotti ha llegado para el cargo en su papel, con mensajes claros: “El objetivo es ganar, la Liga, la Champions y la Copa. Haremos un fútbol ofensivo, intenso, espectacular. Tengo muy buen recuerdo de los años que he pasado aquí y creo que vamos a repetir algo bueno”, aventuró el italiano en su puesta de largo, otra vez, como entrenador blanco. 

Para tapar el vacío que ha dejado Zidane, Florentino ha recurrido a un perfil muy similar, al único que se puede señalar como mentor del francés en su breve etapa de formación. Tres veces campeón de Europa, tantas como el predecesor en el cargo, siempre en busca del sueño continental. 

No importa que sea otra segunda etapa de un técnico en el banquillo blanco, después de que el segundo periplo de Zidane en el puesto haya terminado entre insatisfacciones y reproches, pero Florentino Pérez está ante uno de los momentos más complicados de su mandato y recurre a un viejo conocido, un camino ya trillado, por el que ya transitó con éxito, aunque fue con otros medios y también terminó porque no cumplió con las expectativas del presidente blanco. Zidane ha ganado tres Champions en un rato, en un momento, fue increíble. No he hablado con él, pero es un amigo y lo voy a hacer”, dijo Ancelotti en su presentación. Pero la suya fue como tantas otras salidas con Florentino Pérez en la presidencia, con fricciones y algún reproche que otro, a cuenta de su equipo y métodos de trabajo, para justificar el despido.

Pero nada importa ya. Ancelotti, tan elegante como siempre, en la vestimenta y en el uso de la palabra, relajado, comentando con los periodistas como el que se encuentra con viejos amigos, se mostró entusiasmado y agradecido al Madrid: “Me gustaría cantar de nuevo en el Bernabéu”, dijo entre sonrisas, aunque fuera un acto de presentación muy frío, en una desolada sala de prensa, sin presencia, ni una palabra, de un Florentino Pérez ausente desde el anuncio de la frustrada Superliga, solo apareció en una foto en redes sociales. “Con el presidente ha hablado solo un rato”, confesó un Ancelotti que tampoco ha dicho nada sobre si Raúl formará parte de su cuerpo técnico, amparado en la celeridad de los acontecimientos. 

El problema de la plantilla

Ancelotti se va a encontrar en Valdebebas una plantilla extremadamente devaluada en comparación al equipo con el que guarda el recuerdo del éxito de la décima Champions, además de una racha histórica de 22 victorias seguidas. “Tenemos muchas opciones, quiero hacer una evaluación con calma. No he tenido tiempo de hablar con el club, pero tenemos que reducir un poco la plantilla”, reconoció un Ancelotti que mostró confianza en la vieja guardia, desde Isco hasta Marcelo, pasando por una seguridad casi desmesurada en lo que hay. “Tengo muy buen recuerdo de los jugadores con los que estuve aquí y creo que con esta plantilla podemos luchar por los títulos”, dijo sin remilgos. 

También para un Gareth Bale con contrato y que debe volver a la disciplina blanca tras la Eurocopa: “No ha jugado mucho en la Premier League, pero ha marcado muchos goles. Lo conozco muy bien y si tiene la motivación puede hacer una gran temporada”, discernió un Ancelotti con confianza para todos. 

Un problema que tendrá es que no va a ser la misma plantilla con la que cuenta ahora mismo, primero está la posible venta de un Varane que no ha renovado a un año de salir gratis, y entre todos los temas se alza la no renovación de Sergio Ramos. “Está claro que ha sido un jugador muy importante y sé que está negociando para la renovación, pero no conozco los detalles. Todavía tengo que hablar con el club de todo esto”, argumentó en un primer momento el italiano, que en otra respuesta dejó una reflexión sobre el tema: “No me imaginé un Madrid sin Ancelotti, pero pasó, todos tenemos que aceptarlo”, dejó caer.