La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MotoGP

Marc Márquez: "Las cosas malas vienen solas; las buenas, hay que perseguirlas"

"Después de dos años con muchos problemas y encerrado en casa, necesitaba zarandear mi vida, de ahí la idea de irme a vivir a Madrid", señala el piloto de Cervera | "¡Ojalá vuelva el Marc de siempre!, aunque creo que tengo que aprender a ganar de otra manera", dice el líder de Honda, que espera acabar peleando por el título

Marc Márquez, piloto oficial del equipo Repsol Honda.

Acaba de cumplir 29 años. Este jueves empieza su décima temporada en MotoGP, su reino, el escenario en el que ha revolucionado, no solo la manera de correr, de ganar, de pilotar esos caballos alocados que posee la nueva Honda RC213V, sino también una forma distinta de imponerse, de ser, hasta que se lesionó de verdad, el mandamás de la categoría con su inconfundible estilo que, ahora, intuye que deberá de cambiar para volver a ganar.

Porque Marc Márquez Alentá (Cervera, Lleida, 17 de febrero de 1993) ya está en el camino de volver a ganar, de recuperar el trono. Ha decidido, cuenta, dar un golpe de timón, “zarandear” a su vida yéndose a vivir a Madrid para recuperarse del todo de su brazo derecho y, sobre todo, olvidar dos años de (casi) encierro en su nueva casa de Cervera.

Márquez sueña, ansia, intuye que puede, con suerte, mucho entrenamiento, ilusión, sonrisa y confianza volver a ser el Marc de siempre, ya saben, el Marc agresivo, el de las ‘salvadas’, el que gana a cara de perro o solo. “¡Ojalá vuelva a surgir ese Marc!, pero, tras dos años sin correr con regularidad, igual aparece otro Marc”. Y es ahí donde el mejor piloto de la última década (si vuelve a ganar este año, habrá ganado 7 de los 10 títulos de MotoGP disputados) asegura que no se siente, aún, entre los favoritos, pero sí entre los candidatos.

Perdón, lo siento, cuénteme lo de irse a vivir a Madrid, pues parece que se ha puesto más de moda que Barcelona o Cervera. 

Bueno, ya estaba yendo a Madrid dos veces por semana por el tema del seguimiento médico y la recuperación del brazo derecho, así que decidí planteármelo en serio y lo comenté con la familia y con el equipo. Ya sabe, yo no doy un paso si mis dos ‘familias’ no lo ven bien. Al final, todos comprendieron que lo mejor era sacrificarme todo un año para ver si salíamos ya de una vez de esta, especialmente en el aspecto de recuperación física total, o casi, del brazo derecho. Ya dije que este año la prioridad iba a ser cuidar y mejorar mi físico. La verdad es que, después de este largo periodo de incertidumbre, de mucho sufrimiento, me apetecía zarandear un poco mi vida, dándole un cambio brusco, completo. Y eso es lo que he hecho. Madrid forma parte de ese cambio.

"Alguien que lleva dos años sin competir no puede ser favorito, pero sí uno de los candidatos al título"

Marc Márquez - Piloto del equipo Repsol Honda

decoration

¿Y qué dicen los papás? ¿Y su hermano Àlex? 

¡Uf!, fue muy divertido. Cuando lo comenté, empezaron a surgir voces en plan: “bueno, si tú te vas a Madrid, yo también”. Papá siempre está encantado de ayudarme en lo que sea y mamá…eso ha sido algo más duro, pero ya le dije “mamá, coges el AVE, en Lleida, a las ocho y a las diez ya estas en casa”. Eso sí, Àlex fue el primero que se apuntó, perros incluidos. José (Martínez, su asistente y ‘sparring’ en los entrenamiento con moto), también, claro. Y así estamos, aunque la vida va a seguir siendo idéntica: casa, gimnasio, recuperación, entrenamiento, viajes, hotel, carreras y volver a empezar.

Márc Márquez acaricia su Honda en Catar. ALEJANDRO CERESUELA

Lo que es evidente es que ya toca que lleguen momentos buenos ¿no? 

En efecto, sí, sí, ya empieza a ser hora de que salgamos de esta. De ahí el cambio tan radical. Es evidente que todo parte de acabar definitivamente con la recuperación del brazo, sí, pero me apetecía un cambio brusco. Llevo cuatro inviernos sin vacaciones, sin descanso…que si el hombro izquierdo, que si luego el derecho, siempre encerrado en casa, tres operaciones, más encierro, no puedes ir a ningún sitio, la vista, más casa, más sofá y por eso decido dar un cambio brusco a mi vida y me voy a vivir a Madrid. Espero recuperar el tiempo perdido, pero sin prisas, con pausa, sabiendo lo que hay que hacer, sin forzar. Las cosas malas llegan solas; las buenas, hay que perseguirlas.

Por eso se ha fijado y habla tanto del resurgir de Rafa Nadal.

Llevo mucho tiempo fijándome en él, su comportamiento es muy inspirador, no solo para mí sino para cualquier deportista. Que nadie piense ¡por favor! que pretendo compararme con Rafa Nadal, ¡nadie puede compararse con Rafa! Nadal es un ejemplo, fuera y dentro de la pista, es un luchador, nunca se rinde.

Bueno, usted tampoco se rinde nunca. 

A eso me refiero, a eso. Nadal nos ha enseñado a todos que el deporte es lucha, que te puedes caer, sufrir, lesionarte, pero nunca te tienes que rendir. Hay que levantarse y volver a pelear. Entre otras cosas, porque eso es lo que se espera de ti. Mire, yo conocí a Nadal en el año 2010. Coincidimos en una gala del deporte. Yo no era nadie, quiero decir que aún no había ganado mi primer título y él me atendió con un tacto exquisito y me habló con una cercanía y amabilidad preciosa. Y, ya entonces, pensé, ¡joder que gran tío! Y, sí, con Àlex, en el sofá de casa, disfrutamos horrores de su victoria en Australia, nos volvimos locos. Como todos ¿no?

Deme dos pinceladas de ese nuevo Marc Márquez que cree que podemos ver este año en la pista. 

Bueno, más que de un nuevo Marc, podríamos hablar de un Marc distinto, diferente. Yo soy el primero que no puede ignorar lo que he pasado, es decir, dos años con lesiones serias, complicadas, que me han apartado de la pista y de los entrenamientos con operaciones, meses de reposo obligado, dudas, incertidumbre…y, lógicamente, pierdes la confianza que, sí, se recupera, pero me ha quedado una secuela pequeña, en el hombro derecho, que no me impide seguir pilotando, pero que hará, tal vez, ya lo veremos, que mis puntos fuertes no sean tan fuertes o sean otros. Y, luego, no lo olvidemos y menos yo, que acabo de cumplir 29 años. Y, además, está el cambio generacional que ya ha llegado a MotoGP.

Los jóvenes llegan apretando, bueno, como hizo usted hace 10 años, cuando arrasó, en el 2013, en su año de debut entre los ‘reyes’, rompiendo todos los récords de precocidad. 

Es evidente que cada vez los pilotos que dan el salto a MotoGP son más jóvenes y eso no es una crítica, ¡por favor!, simplemente es un hecho que cambia la parrilla muy rápidamente. Y los jóvenes llegan con más velocidad, con mucha más velocidad, sobre todo a una, dos o tres vueltas…pero puede que les falte lo que tenemos los más veteranos, que es gestión de carrera, experiencia, movimiento en plena carrera, cuando debes apretar y cuando no…

"Los jóvenes llegan a MotoGP siendo muy, muy, rápidos, así que hay que utilizar otras armas para ganarles"

decoration

Y ahí es donde, tal vez, usted pueda marcar la diferencia. 

Si se fija en las carreras de Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo o Valentino Rossi, en sus últimas temporadas no hicieron tantas ‘poles’, no hicieron tantas vueltas rápidas, ni siquiera fueron, a menudo, los más rápidos en los entrenamientos, pero llegaba la carrera y ¡pam! te ganaban, estaban ahí, peleando siempre por el podio. No quiero decir que esté en mis últimos años, no, no, quiero decir que, tal vez, deba exprimir esas cualidades. He de encontrar otra manera de ganar. Puede ¿verdad? que, en un Mundial de 21 grandes premios, ser, de vez en cuando, cuarto, quinto o sexto, no sea tan malo. Repito, los jóvenes llegan a MotoGP siendo muy, muy, rápidos, así que habrá que utilizar otras armas para ganarles.

Parece que la moto nueva le ayudará a conseguir sus objetivos. 

Estamos en ello. Tiene mucho potencial, sí, aunque, de entrada, no se adaptaba del todo a mi estilo de pilotaje, pero ya voy haciéndola mía. Veremos, veremos, surgirán problemas, cometeremos errores, porque el hombre es el único animal que tropieza dos y hasta tres veces en la misma piedra, pero la moto ha cambiado mucho aunque, el año pasado, ya gané tres carreras estando como estaba. Este año hemos dado un paso grande y creo, sí, que es una moto con la que se podrá pelear por conseguir el título.

Pol Espargaró, su compañero, asegura que con esta Honda se caerán menos…

Aún me acuerdo cuando les dije a los médicos que no me dejasen correr hasta estar seguros de que mi brazo derecho aguantaría la primera caída. Y fueron muchas, sí. Todo el mundo sabe que para encontrar el límite hay que caerse, pero a nadie le gusta caerse. Ahora me siento mejor, incluso, que cuando gané en Misano, el pasado año, mi última carrera. El problema en la vista me retrasó la preparación física, pero tanto en Malasia como en Indonesia he aguantado bien los test de pretemporada, aunque aún no estoy al cien por cien.

Así que mejor empezar de candidato que de favorito. 

Alguien que se pasa dos años sin competir regularmente no puede ser favorito, como mucho candidato. Favorito puedo serlo con el paso de las carreras. Es mi décimo año en MotoGP, así que sé que esto es muy largo y hay que ser regular. He de reconocer que estoy bien o empiezo a estar bien. Hace mucho tiempo que decía algo así. Y estoy animado, sí. Estar en Qatar ya es un premio.

Tanta lesión, tanta incertidumbre, tanta espera, ¿le ha afectado a nivel anímico? 

A nadie le gusta estar parado, apartado, no ya de las carreras, sino, incluso, del gimnasio, de la moto, de entrenarse. Te afecta, claro, ¡cómo no te va a afectar, después de tanto tiempo corriendo y ganando! Es un golpe muy fuerte, pero para eso está la familia, el equipo, el pueblo, tus fans, la gente que te anima continuamente. Ahora los veo a todos ilusionados y eso es ya un auténtico subidón para mí.

¿El percance de la vista ha sido, sin duda, lo más duro, incierto y desagradable? 

Es mi talón de Aquiles, pues es la tercera vez que me ocurre. Suerte he tenido siempre del doctor Sánchez Dalmau, un genio. Me pasó de pequeño, casi siendo un niño, sin importancia; me volvió a ocurrir, en el 2011, cuando tuve que operarme y, ahora, que se ha curado solo, con reposo.

Las sesiones de entrenamiento vividas en pretemporada tanto en Malasia como en Indonesia han sido espectaculares en cuanto a igualdad de motos y pilotos. Menudo Mundial se presenta, ¿no? 

Cada año ocurre lo mismo, sí, pero yo jamás le doy mucha importancia a eso, ni siquiera cuando me va bien como, por ejemplo, en el 2015, que fue el mejor en el test y, luego, sufrí mucho. Hay, sí, 10 o 12 motos y pilotos para ganar, pero el Mundial nos pondrá a cada uno en su sitio. Hay que esperar las cuatro o cinco primeras carreras para saber dónde estamos cada uno. Una cosa está clara, Fabio (Quartararo, el campeón de Yamaha) y ‘Pecco’ (Bagnaia, subcampeón con Ducati) son los dos claros favoritos. Luego, somos varios candidatos. Veremos, veremos.

Compartir el artículo

stats