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Baloncesto

Grytsak, un pívot de Ucrania en el Prat: "Mi novia y yo estamos jodidos; ella tiene estrés postraumático"

Andriy explica la angustia que sufrió hasta reencontrarse con su novia - Viven cerca del aeropuerto y cuando Tatiana escucha los aviones piensa que son cazas

Andriy Grytsak.

Andriy Grytsak jugaba a básquet en el Budivelnyk de Kiev y durante el parón de selecciones se fue a Madrid, donde ha vivido media vida. Este ala-pívot de 21 años se había formado en la cantera de Estudiantes y en 2018 Chema Berrocal le hizo debutar. El actual técnico del Club Bàsquet Prat había entrenado en Ucrania y había hecho campeón al Budivelnyk en 2012. Ahora buscaba un pívot para lo que quedaba de temporada y al saber que Grytsak no estaba teniendo muchos minutos le convenció para que se volviera a poner a sus órdenes. Andriy, que había aprovechado para ir a Madrid a ver a su familia, aceptó sin imaginarse lo que ocurriría luego en la que hasta hace un par de semanas era su casa.

"El 25 de febrero a las 5 de la mañana me llamó mi novia diciendo que la guerra había empezado", recuerda con precisión. En sus primeros días en su nuevo club vivió con la angustia lo que pudiera pasar en su país natal, en general, y a su pareja, en particular. "Intentaba pensar en el baloncesto pero estaba preocupado de que ella saliera". Tatiana, de 20 años, estuvo los dos primeros días en Kiev y los tres siguientes en las afueras de la capital ucraniana. "Yo le dije que para estar ahí sin saber qué pasaría a la hora siguiente mejor que se viniera. Volvió a Kiev, donde pudo coger un tren hasta Ternópil. Y desde ahí fue hasta la frontera con Hungría. Allí un bus de Cruz Roja la llevó a Budapest y desde ahí cogió un vuelo".

Andriy Grytsak. Ferran Nadeu

"Cualquier petardo le recuerda a una bomba"

Tatiana llegó el viernes a El Prat y vive en el piso que Andriy comparte con tres compañeros de equipo. "Ella está psicológica y moralmente muy mal. Tiene estrés postraumático, cualquier sonido de avión le recuerda a un avión de caza, cualquier petardo le recuerda a una bomba", cuenta el ala-pívot. "Estamos jodidos por la situación, especialmente ella que tiene a su familia en la zona conflictiva en estos momentos y que ha estado en esa situación de guerra. Yo estoy un poco apagado por todo lo que pasa en mi país pero doy gracias de tener la oportunidad de estar en España. Para mí no ha sido tan difícil. Cuando la veo llorando cada día más de una vez siento impotencia y le digo que es como yo me sentía cuando ella estaba allí".

Él había regresado a su país natal en 2020, para jugar primero en el Zaporiyia y luego en el Budivelnyk. "Los dos tenemos familiares allí. Ella tiene más amigos que yo, porque lleva casi toda la vida en Ucrania. Tiene amigos en Mariupol y ahora no puede contactar con ellos, porque hay problemas con las comunicaciones. Con su madre y su hermana sí que está en contacto. Están en un búnquer más o menos habitable en Zaporiya, al lado de la central nuclear. Tienen camas, duchas para aseo... Mientras llegue agua dicen que estarán bien". Su novia, que estuvo trabajando una temporada en Rusia, también tiene un amigo que ha sido reclutado para combatir con el ejército ruso y que le dice que es "una locura, que todo lo que les dicen es mentira y que les mandan a la guerra sin información".

Emotivo debut

Andriy debutó con el Prat en Melilla el pasado domingo. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en Ucrania y los jugadores, con Grystak y su compatriota Pavlov al frente, desplegaron una bandera ucraniana y carteles de 'Stop war'. "Me emocionó mucho. Tuve que centrarme en el partido y tal pero costó. Quiero dar gracias a todo el mundo que se está preocupando por ayudar".

"Es una adaptación difícil. No le pilló por poco la normativa que impide a los hombres de 18 a 60 salir del país. Estuvo muy inquieto hasta que su novia pudo llegar. Son solo tres meses pero intentamos ayudar como se pueda", explica Berrocal. El técnico, después de tornearse en la cantera azulgrana y ser asistente de Svetislav Pesic, Dusko Ivanovic y Xavi Pascual en el primer equipo del Barça, tuvo en Ucrania su primera experiencia fuera de España, antes de entrenar también en Irlanda del Norte, Grecia, Turquía, Bahrein e Ucrania. Ganó la Superliga Ucrania con el Budivelnik Kiev en 2012 y un par de años después entrenó al Donetsk. "Hay más guerras, pero cuando hay gente que conoces directamente te impacta más. Es muy bestia. Miro las noticias y solo pienso en eso, el resto de cosas me da igual. Me parece todo tan superfluo", reconoce el entrenador.

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