Cuando el cuarto árbitro levantó el cartelón con el número de 10 de Luka Modric, muchos aficionados de Balaídos se levantaron espontáneamente para dedicar una calurosa ovación al todocampista del Real Madrid. El croata, sorprendido, agradeció el gesto dedicando también un aplauso a los aficionados celestes. No era la primera muestra de admiración que recibía en el partido. Minutos antes Vinicius Júnior se había prostrado ante Luka para hacerle una reverencia, después de que este le hubiese regalado una asistencia de 40 metros para dejarlo solo ante Marchesín en el tercer gol del Madrid.

Para entonces el propio Modric ya había desequilibrado el encuentro con un gol marca de la casa. Recibió de espaldas de Alaba, se giró a 40 metros de portería e inició una carrera de 20 metros con el balón cosido al pie. Tapia amenazó con salir a encararle, pero perdió pie y el croata aprovechó el resbalón para armar su disparo. Cuando Aidoo llegó a su altura a taparle, Modric le pegó con el interior desde la media luna del área para clavar el balón en la escuadra. Corría el minuto 41 y el gol adelantó al Madrid (1-2) en el marcador.

Gol y asistencia

Ancelotti fue muy elocuente en su diagnóstico: “Luka marcó el gol más importante porque nos adelantó y lo hizo todo más fácil. Su gol ha cambiado el partido. Estaba siendo un partido igualado y competido. Modric es inmortal”.

El croata volvió a frotar su Balón de Oro el día que más lo necesitaba el Real Madrid. El primero sin Casemiro, por su inesperada marcha al United, que además contaba con la ausencia de Kroos por una gripe inoportuna. Precisamente el día que tomaba la alternativa Tchouanemi en una plaza complicada como BalaídosLuka, con su talento y su experiencia, no dejó de hablar y tranquilizar al pivote francés, que se fue asentando en el duelo. A su lado tenía a “Edu” y a “Fede”, como llama cariñosamente Modric Camavinga y a Valverd, sus ‘hijos futbolísticos’ y, probablemente, dos de sus dos mayores grupis en la plantilla. El croata estaba exultante tras el partido: “La ovación del público de Vigo ha sido una cosa muy bonita que me pone muy contento. Las sensaciones han sido buenas. Hemos hecho un partidazo y hemos sido contundentes. Estoy contento por haber ganado en un campo que siempre nos lo pone difícil y tenemos que seguir”.

Horas antes se había despedido de su amigo Casemiro, “mi mejor guardaespaldas. Me daba tranquilidad mirar atrás y verte, sabiendo que va a haber mucho ‘njega-njega”. Luka, que el próximo 9 de septiembre cumplirá 37 años, sumaba, con este triunfo en Vigo, su victoria número 200 con el Real Madrid en 296 partidos que ha jugado con la camiseta blanca. Tiene contrato hasta junio de 2023 porque el club y él mismo han decidido ir tomando decisiones año a año. Y este año vuelve a ser candidato al Balón de Oro que “ganará Benzema seguro. No ha habido ningún jugador a la altura de Karim esta temporada por goles y por juego”. Palabra de inmortal.