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Liga alemana

Union Berlín: una anomalía lidera la Bundesliga

El pequeño club de Berlín oriental, con una historia marcada por las dificultades económicas e institucionales, se cuela contra pronóstico en la élite del fútbol alemán

Los jugadores bañan en cerveza al técnico Urs Fischer tras la clasificación para la Liga Europa, el pasado mayo. Annegret Hilse

La Bundesliga se encuentra en estado de excepción. El Union Berlín, un pequeño club arraigado en el distrito berlinés oriental de Köpenick, lidera la liga alemana, sometida desde hace una década al dictado indiscutible del Bayern Múnich. Pero algo está pasando en el fútbol alemán: los todopoderosos bávaros llegaron en la quinta plaza a la pausa por compromisos de las selecciones nacionales, incluso fuera de las posiciones de Liga de Campeones. Cinco puntos los separan del Union, que, con 17, 15 goles a favor y solo 4 en contra, sigue siendo el único equipo invicto de la Bundesliga. 

El inesperado líder alemán es una anomalía en el fútbol moderno, dominado por el modelo de negocio impuesto por clubs-estado como el PSG o el Manchester City. El Unión Berlín es un club histórico fundado en 1966, con una masa social de una fidelidad a prueba de bombas y una trayectoria marcada por los obstáculos políticos durante el régimen socialista de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA) –nunca fue el equipo preferido del partido único–, y los constantes problemas económicos que lo convirtieron en un equipo ascensor entre la cuarta y la segunda división alemana tras la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana.

Más de 30 años después de la desaparición de la RDA, y en el fútbol más mercantilizado de la historia, el Unión Berlín está convirtiendo en realidad el sueño de cualquier equipo de barrio: hacerse un hueco entre la élite del fútbol alemán con un presupuesto anual de apenas 100 millones de euros. ¿Cómo han llegado hasta aquí?

Claves del éxito

“Tenemos la sensación de estar viviendo en un cuento de hadas”, dijo recientemente Oliver Ruhnert, el director deportivo del club berlinés. Las declaraciones podrían llevar a pensar que el liderato del Union es fruto de la casualidad y la suerte. Nada más lejos de la realidad: Ruhnert asumió la dirección deportiva en 2018. Desde entonces, la combinación de una política de fichajes oportuna, sumada a una sólida gestión económica, ha llevado al club a acumular un récord tras otro.

El Union Berlín funciona literalmente como una familia en la que el tándem del director deportivo Oliver Ruhnert y el entrenador Urs Fischer es el secreto del éxito

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En 2019 los berlineses consiguieron ascender a la Bundesliga por primera vez en su historia. En su debut en la máxima competición, el Union fue el 11º clasificado a pesar de ser uno de los principales candidatos al descenso. En la temporada 20-21, los de Köpenick acabaron séptimos, a las puertas de los puestos de clasificación directa para la Liga Europa. Y el año pasado fueron quintos y accedieron por méritos propios a la segunda competición europea. El actual liderato no es, por tanto, fruto de una carambola. Tiene años de trabajo y planificación con un objetivo claro: conseguir éxitos deportivos sin dejar de ser un club orientado a su hinchada local. 

El Union Berlín funciona literalmente como una familia. A esa compacta y fiel masa social hay que sumar su entrenador, Urs Fischer. Fichado por Ruhnert en 2018, el técnico suizo tiene una idea clara de juego, basada en la solidez defensiva y la efectividad de un ataque electrizante. Los analistas deportivos coinciden que el tándem Ruhnert-Fischer es el auténtico secreto del éxito del Unión Berlín. Ambos trabajan codo con codo para rastrear el mercado en busca de futbolistas libres o que están fuera del radar de clubs con más dinero: así consiguieron firmar, por ejemplo, al delantero surinamés Sheraldo Becker, que lidera con seis tantos la clasificación de máximos anotadores de la Bundelisga.

Convulsa historia

El Union Berlín tiene una historia larga y convulsa, como la de la ciudad que lo vio nacer. Si bien la fundación oficial del club es 1966, en realidad sus raíces se remontan hasta 1910, cuando varios clubs de fútbol de la localidad de Oberschöneweide –engullida posteriormente por el crecimiento urbano de Berlín– fundaron el SC Union Oberschöneweide, como explica el libro “FC Union Berlin. Errores populares y otras verdades”, del periodista deportivo e hincha del club Matthias Koch.

Esa fue la semilla de todo lo que vino después. Ni dos guerras mundiales, ni la tragedia del nazismo, ni la división de Berlín por la guerra fría ni el hundimiento del país que lo vio nacer pudieron acabar con el Union, cuya supervivencia responde en buena medida al apoyo incondicional de su hinchada. En 2008, cuando el equipo sobrevivía en tercera división y el dinero escaseaba, miles de aficionados se ofrecieron trabajar gratis en la remodelación del estadio. Matthias Koch calcula que las 140.000 horas de trabajo gratuitas ahorraron al club dos millones de euros. 

Las reglas inquebrantables de su afición: “Nunca pites a tu equipo. Jamás te vayas del estadio antes del pitido final. Nunca conviertas a tu equipo en tu chivo expiatorio. Las agujetas de los unionistas son la afonía”

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La afición del Union tiene cuatro reglas inquebrantables si se acude a la Alte Försterei, el pequeño estadio situado en el extrarradio de Berlín oriental con capacidad para poco más de 22.000 espectadores y siempre lleno hasta los topes: “Nunca pites a tu propio equipo. Jamás te vayas del estadio antes del pitido final. Nunca conviertas a tu equipo en tu chivo expiatorio. Las agujetas de los unionistas son la afonía”.

El humilde club berlinés lo tendrá muy difícil para defender el liderato hasta final de temporada ante equipos mucho más ricos y con plantillas más completas como el Bayern Múnich o el Borussia Dortmund. Una clasificación para la Liga de Campeones no es, sin embargo, descabellada. Quién sabe si el Barcelona o el Real Madrid se verán jugando la próxima temporada sobre el césped de la Alte Försterei, la patria de un club que está haciendo historia.

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