El Sporting se reúne con Gragera con la opción del Braga sobre la mesa

El club reitera al agente del jugador la intención de "no malvender", mientras el rojiblanco vuelve a entrenarse en un clima enrarecido

Gelu Rodríguez, agente de José Gragera, a su salida ayer de Mareo tras reunirse con el Sporting. | Á. C.

Gelu Rodríguez, agente de José Gragera, a su salida ayer de Mareo tras reunirse con el Sporting. | Á. C. / Ángel CabranesÁngel Cabranes

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

El Sporting quiere evitar generar más ruido en torno a José Gragera, término utilizado por David Guerra, presidente ejecutivo, para definir la situación con el canterano. Difícil cuando en la jornada de ayer la presencia en Mareo del agente del futbolista, el gijonés Gelu Rodríguez, ha sido una nueva evidencia de lo que empieza a convertirse en un pulso con el mercado como testigo. Sobre la mesa, la opción de su venta al Sporting de Braga portugués, el único capaz de poder alcanzar en este momento una propuesta económica que pueda convencer al club rojiblanco. Hay conversaciones abiertas y algún condicionante de por medio. Mientras tanto, Gragera, baja el pasado domingo por unas "molestias musculares", ha vuelto a entrenarse.

Nadie quiere arrojar más leña al fuego, pero ni el Sporting está de acuerdo con las formas seguidas en torno a Gragera ante la posibilidad de estudiar un traspaso, ni al jugador le han agradado los términos del presidente ejecutivo al hacer referencia a que "le gustaría salir de la organización". Hay dos posturas enfrentadas y la jornada de ayer escenificó en Mareo algunas de estas diferencias. El día comenzó con una conversación entre el club y Gragera, y continuó con el jugador poniéndose a las órdenes de Miguel Ángel Ramírez, mientras Gelu Rodríguez abordaba aspectos de la situación del canterano con Gerardo García, director de gestión del área deportiva. No participó David Guerra, presidente ejecutivo.

La postura del Sporting en torno a José Gragera quedó claramente definida por David Guerra el pasado miércoles en declaraciones en exclusivas a LA NUEVA ESPAÑA: "No hemos recibido ninguna oferta por nuestro jugador José Gragera. Ni tampoco propuestas ni llamadas de ningún otro club". El mensaje, unido al de la firme decisión de que "no vamos a malvender futbolistas", se reiteró en la presentación de Jeraldino ese mismo miércoles, y también ayer durante el encuentro mantenido con el agente del gijonés. A partir de ahí, mano tendida para reunirse, escuchar propuestas y alcanzar acuerdos que puedan satisfacer a todas las partes. El clima, enrarecido.

José Gragera, por su parte, cree que se le ha dejado en mal lugar al poder interpretarse que quiere forzar su marcha del Sporting a cualquier precio, algo que desde su entorno se niega rotundamente. Sí se reconoce que en conversaciones previas, y al no alcanzarse un acuerdo para renovar su contrato, que finaliza en 2024, invitó al club a atender el interés de otros equipos. Lo hizo, se insiste, en la misma línea que el mismo Gragera explicó meses atrás en una rueda de prensa. "Mi familia me dio una educación en la cual prima mucho ser agradecido, y siempre que sea una oferta buena tanto para mí como para el club, será bien vista, pero siempre primando al club, que es el que me lo ha dado todo", señaló el gijonés en su día. A eso se sigue remitiendo ahora, y no sólo a que "quiera salir de la organización". El jugador teme que se haya llegado a un punto de difícil retorno al entender que se pueda dudar del sportinguismo de alguien que lleva desde los ocho años en la entidad. Mal rollo.

En este escenario ha aparecido el Sporting de Braga, dispuesto a hacer una inversión para reforzar su centro del campo con José Gragera entre sus candidatos. La inversión lleva aparejada algún condicionante que puede afectar a que eso acabe produciéndose ahora, y en los términos que desea el club gijonés. Desde Portugal se apunta a que el club luso puede perder en este mercado invernal a Al Musrati, pivote libio que está en el radar de varios clubes europeos. Es probable que de no salir ahora, lo haga en junio. Además, el club también se plantea un relevo generacional en una posición en la que la alternativa es el exrojiblanco André Castro, de 34 años. Gragera entraría ahí como una apuesta de futuro, pero por el momento, sin urgencias para acometer la operación, ni hacer un gran esfuerzo económico por un futbolista que quedará libre en 2024. La negociación y el baile de cifras, en juego. Menos peso tiene ahora mismo otra vía, la del Espanyol, sin el músculo económico suficiente ahora para abordar un traspaso que, por el momento, permanece en estudio.

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