LA MITAD DEL CAMPEONATO

Así escribe el Barça los números de un campeón

Los 50 puntos conseguidos en la primera vuelta y los 7 tantos encajados en 19 partidos son las bases para aspirar al título

Xavi da órdenes mientras Koundé se dispone a lanzar un saque de banda en el Betis-Barça del Villamarín.

Xavi da órdenes mientras Koundé se dispone a lanzar un saque de banda en el Betis-Barça del Villamarín. / EFE

Joan Domènech

Los 50 puntos obtenidos por el Barça en la primera vuelta auguran la futura conquista de la Liga si no fuera porque los 57 próximos puntos de la segunda vuelta todavía no están ganados. Es un ritmo de puntuación, sin embargo, que de mantenerse, hará posible que el equipo de Xavi se proclame campeón cuatro años después del último título.

Pero hay una excepción que exige una alta dosis de prudencia. Es la sexta vez que el Barça alcanza los 50 puntos pero en una de ella no obtuvo el campeonato. Fue en la temporada 2013-14, con Gerardo Tata Martino. El equipo sumó 50 puntos en la primera mitad, pero solo 87 en la segunda, 13 menos. El empate con el Atlético de Madrid en el Camp Nou (1-1), que fue el tercer empate consecutivo en las tres últimas jornadas, impidió el título.

Los 50 puntos es el cuarto mejor registro del Barça en el ecuador del curso

Fue la excepción, queda dicho. Los equipos de Pep Guardiola sumaron dos campeonatos con 50 y 52 puntos en el ecuador de la competición y otra con 49. El de Tito Vilanova, el récord histórico de la Liga, sumó 55, y los 45 siguiente blindaron el alirón. El primer año de Ernesto Valverde (17-18) se ganaron 51 puntos.

Nunca, sin embargo, el Barça había concluido un parcial de 7 goles encajados en 19 partidos. A menos de un tercio de gol por partido. El promedio es mucho menor si se advierte de que tres de esos siete tantos cayeron el mismo día: en el clásico ante el Madrid del Bernabéu. El 3-1 es el único resultado en rojo de una verde pradera de 14 victorias y dos empates: ante el Rayo y el Espanyol, ambos en el Camp Nou.

Lewandoski celebra su gol, que era el 0-2 del Barça al Betis en el Villamarín.

Lewandoski celebra su gol, que era el 0-2 del Barça al Betis en el Villamarín. / EFE

Lewandowski, 14 goles en 16 jornadas

El extraordinario rendimiento defensivo es aún más valioso por cuanto la producción goleadora no ha sido nada del otro mundo. Solo 39, a dos por jornada, lejos de aquellas escandalosas cifras que firmaban los azulgranas. Cuenta la nueva hornada con un artillero contrastado en la figura de Robert Lewandowski, que ha sumado 14 goles en los 16 partidos. Los tres en los que estuvo sancionado, el Barça fue capaz de apañarse firmando un nueve de nueve con triunfos ajustados: 0-1 al Atlético y 0-1 al Girona y 1-0 al Getafe.

Raphinha celebra el primer gol ante el Betis.

Raphinha celebra el primer gol ante el Betis. / REUTERS

Del Barça de los extremos al Barça de los 4 centrocampistas

Al principio, el Barça se sostuvo sobre la contundencia del delantero polaco, un tipo que aprovecha todo lo que le cae a su alrededor. Después se mantuvo en pie con las paradas decisivas de Ter Stegen, capaz como fue el alemán de recobrar su mejor nivel tras meses de murmullos y sospechas.

Era el Barça de los extremos, la idea original que traía Xavi para reconciliarse con la filosofía azulgrana. Una idea que tenía sentido con el desequilibrio de Dembélé, aprovechando, al mismo tiempo, la ductilidad del irregular Raphinha, pendiente, entre tanto, de que Ansu Fati y Ferran Torres se reencuentren con su mejor versión.

Ruibal y Luiz Felipe intentan frenar a Pedri en el Betis-Barça del Benito Villamarín.

Ruibal y Luiz Felipe intentan frenar a Pedri en el Betis-Barça del Benito Villamarín. / EFE

Pero la fortaleza del Barça no solo se mide por los números, que rozan la perfección (50 puntos de 57 posibles), ni por la dureza de las visitas en las que ha salido triunfador (ganó en el campo de la Real Sociedad, Valencia, Osasuna, Atlético, Betis) sino por cómo se ha ido cociendo poco a poco.

Ha transitado del formato de los extremos, cuánto más puros mejor, al modelo de los ‘cuatro centrocampistas’. También ha ido inyectando matices nuevos el técnico sobre esta nueva versión. Comenzó Xavi desplazando a Pedri al flanco izquierdo en la Liga (Athletic y Atlético) antes de situar la explosividad, garra y fútbol volcánico de Gavi como falso extremo izquierdo permitiendo así la cohabitación, cada vez más productiva, entre Busquets y De Jong.

Koundé y Araujo intentan frenar a Borja Iglesias en el Betis-Barça del Villamarín.

Koundé y Araujo intentan frenar a Borja Iglesias en el Betis-Barça del Villamarín. / EFE

Zaga con tres centrales y lateral que es extremo

Al inicio, ambos parecían incompatibles. Ahora, en cambio, se retroalimentan Busi y Frenkie, surtidores del juego ofensivo azulgrana donde los interiores (Gavi y Pedri) poseen más llegada, ejerciendo Lewandoski de eje, sostenido todo el entramado por la fiereza de defensas que solo piensan en defender.

"Siempre pienso que el fútbol depende mucho de los centrocampistas. Es un partidazo del equipo. Hemos minimizado al Betis", ha dicho el técnico tras el triunfo en Sevilla. "Hay una vuelta del equipo para defender en los últimos minutos que me emociona y me pone la piel de gallina como entrenador. Aquí tenéis el cómo, se ha jugado un partidazo", ha añadido Xavi.

"Siempre pienso que el fútbol depende mucho de los centrocampistas. Hay una vuelta del equipo para defender en los últimos minutos que me emociona y me pone la piel de gallina como entrenador. Aquí tenéis el cómo, se ha jugado un partidazo"

Xavi

— Técnico del Barça

Ha encontrado Xavi la piedra del éxito con una línea que tiene tres centrales y un lateral izquierdo mentiroso. Mentiroso porque Balde tiene alma de extremo, además de pensar y ejecutar con la finura que irradia un delantero. Tres centrales donde solo uno (el danés Christensen) tiene un rol fijo: central zurdo. Koundé y Araujo se intercambian, entretanto, el flanco derecho. Casi siempre es Jules el lateral, excepto cuando asoma el Madrid de Vinicius por lo que le toca al poderoso uruguayo ocupar la banda. 

Koundé se lamenta tras el gol en propia puerta que se marcó ante el Betis en el Villamarín.

Koundé se lamenta tras el gol en propia puerta que se marcó ante el Betis en el Villamarín. / EFE

Es el Barça de Xavi un equipo, ahora sí, muy cercano al Barça de Xavi que se suponía debía ser. Con un portero fiable, una defensa casi impenetrable (siete goles encajados y los dos últimos, el de Joselu, del Espanyol, fue de penalti, y el de Koundé, en propia puerta), un centro del campo dinámico, moderno y fluído, además de una delantera eficaz. Así, tras cinco meses de complejo trabajo liguero, ha levantado el técnico un equipo que ha coleccionado 50 puntos.  

Suscríbete para seguir leyendo