Baloncesto
El Barça se desquita de tanto disgusto apalizando al MoraBank
Los azulgranas empezaron a defender con el 22-33 y acabaron arrasando a un mermado MoraBank Andorra (105-79)

Justin Anderson celebra un mate con la hinchada azulgrana en el Palau. / EFE

Una tarde plácida disfrutó el Barça después de tanto disgusto y de tanta tensión en cada partido, incierto hasta los instantes finales. Se regaló el cuadro azulgrana la mayor victoria de la temporada a costa de un MoraBank Andorra que se diluyó en la segunda mitad cuando vio que su rival le igualaba en actitud y le superaba en acierto. Encarriló el Barça el triunfo en el tercer cuarto, cuando suele sufrir sus apagones, y disfrutó de un último parcial muy cómodo, elevando constantemente la diferencia en el marcador hasta fijarla en 26 puntos de ventaja (105-79). Acabó de maravilla un duelo que nació con la misma (mala) pinta de siempre.
Kevin Punter había cometido dos faltas en los primeros 93 segundos, prueba irrefutable de la desconcentracion del alero, extensiva a la colectiva del resto del equipo. Nadie se inmutaba en el quinteto titular de la lluvia de triples que iban cayendo de las manos de Ferran Bassas. De pronto se encontró el Barça con ocho puntos abajo, una máxima diferencia que estableció el exazulgrana Kyle Kuric, y poco después eran 11 menos (22-33).

Tomas Satoransky clava un mate frente a Sekou Doumbouya. / EP
Salen los guerreros
El Barça se había propuesto mejorar su estadística en los rebotes ofensivos a costa de ceder espacios fuera. Además de acierto, al Barça le faltaba agresividad y la salida de los guerreros provocó el vuelco en el marcador en el descanso, que fijó la máxima diferencia azulgrana (47-41). Parra y Sastoransky metieron manos, robaron balones y se pusieron a correr.
El MoraBanc vio esfumarse el botín en santiamén por el frenesí de la pareja azulgrana que se convirtieron en los máximos anotadores del momento: 13 puntos de Satosransky y 9 de Parra. Hasta entonces había permanecido Darío Brizuela al frente de la cadena productora porque fue el sustituto del desangelado Punter, que se mentalizó más tarde.
El Barça había superado una grave crisis y no cayó en el mismo error después cuando el cuadro del Principat se acercó de nuevo en el marcador. Dolido por no haber participado en la remontada, Justin Anderson se sumó al grupo y volvió a enceder al Palau con su actitud y, sobre todo, con un mate tras un regalo de Punter que dejaba conmocionados a los andorranos. Atacaban para empatar y se llevaron diez puntos seguidos que fueron estirándose con el ejército de secundarios con Natxo Lezcano exigiendo a los suyos que no bajaran los brazos durante el desatado ataque local.
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