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2020 fue mi año

El 2020 ascendente de Hernán Pérez: salvó al Barakaldo y ahora tiene líder a Unionistas

"El club está en un momento de crecimiento, hay mucha alegría", dice el asturiano

Hernán, ayer en el Calatrava. | Miki López Mario RODRIGO

2020 no comenzó con buen pie para Hernán en el banquillo del Barakaldo. El equipo llegó al parón navideño tocado, pero lo siguiente fue peor: seis derrotas consecutivas que a primeros de febrero le colocaron tercero por la cola. El conjunto remontó y acabó en el puesto 14.º, fuera del descenso y del play-out.

El Unionistas se encuentra líder del subgrupo A del grupo 1 de Segunda B, por delante del potente Deportivo de La Coruña, recién descendido de Segunda. Precisamente el conjunto gallego fue el único que logró derrotar a los salmantinos, que acumulan cuatro triunfos de forma consecutiva, el último ante el rival local, el Salamanca CF.

Cuando se alumbró 2020, Hernán López estaba dándole vueltas a las posibilidades de remontar el vuelo del Barakaldo. Su primera experiencia como entrenador fuera de Asturias le había llevado a un clásico de Segunda B en horas bajas, afectado por un drástico recorte presupuestario y que coqueteaba con los puestos de descenso tras varias temporadas situado en la parte alta del llamado “grupo vasco”.

No fue fácil, pero lo sacó adelante hasta que el covid mandó parar. Ahora se dispone a cerrar el año con una sonrisa. Reclutado por el joven proyecto del Unionistas, nacido de los rescoldos del histórico Salamanca, el equipo de Hernán ha llegado al parón navideño como líder de su subgrupo y dispuesto a discutir la supremacía de clubes tan poderosos como el Deportivo.

Hace tiempo ya que Hernán ha dejado de ser simplemente el hermano de Michu. Se ganó el respeto del mundo futbolístico con sus cuatro temporadas en el Langreo (2015-2019), al que ascendió y mantuvo con solvencia en Segunda B, logrando incluso clasificarlo para la Copa del Rey.

Terminada la etapa azulgrana, al ovetense le surgió la oportunidad del Barakaldo. En teoría, uno de los clubes potentes del Grupo Segundo de Segunda B. En la práctica, un reto mayúsculo por la coyuntura de la entidad vizcaína, golpeada el verano de 2019 por una sanción de la Seguridad Social de 1,1 millones de euros. La campaña vivió entre diciembre y febrero un momento crítico: seis derrotas seguidas que colocaron a los gualdinegros en puestos de descenso.

Con una racha así, lo normal es que el entrenador fuera destituido. Pero no fue el caso de Hernán. “No me sentí cuestionado. Entró un presidente nuevo, Jesús María Isusi, tuvimos una reunión y coincidíamos en todo. Apostó por mí, me dio libertad y me dejó cambiar a ocho jugadores”, señala el técnico.

Entre los futbolistas que llegaron estaban los asturianos Diego Cervero, Álex Barrera y Jairo Cárcaba, que se unieron a Héctor Nespral, lesionado de gravedad justo antes de la ristra de derrotas. El equipo cambió radicalmente, aunque los resultados tardaron. En la resurrección del Barakaldo tuvo mucho que ver Cervero, que marcó seis goles en seis partidos, hat-trick incluido en un partido en Zubieta ante la Real B (2-4). Pero los jugadores asturianos no solo mejoraron el rendimiento deportivo, sino que, explica Hernán, “transmitieron un cambio de mentalidad cuando la gente andaba baja de ánimos y fueron un ejemplo de compromiso y profesionalidad”.

Otro camino

Pese a la remontada, el Barakaldo y Hernán separaron sus caminos. El club decidió apretarse aún más el cinturón y apostar por una figura única de entrenador y director deportivo, el exfutbolista del Athletic Aitor Larrazabal. Los jugadores, gente barata de la casa y del entorno. Ahora mismo el equipo es colista y, como revulsivo, ayer mismo decidió apartar a Larrazábal del banquillo (seguirá como director deportivo) y dejar la plantilla en manos de Germán Beltrán.

En medio de la parálisis producida por la pandemia, no parecía el mejor momento para encontrar acomodo en el fútbol profesional. Sin embargo, la llegada de Diego Hernán Sanz a la dirección deportiva del Unionistas le abrió otra puerta. “Es un hombre de fútbol que había sido representante y nos había ayudado a traer jugadores al Langreo, una persona normal y sensata que me conoce y que lo hace todo fácil”.

Salamanca vive una bicefalia. El Unionistas de Salamanca CF nació hace siete años “como homenaje a la desaparecida Unión Deportiva Salamanca”. Y para no dejar lugar a la duda, sus estatutos sostienen que Unionistas CF “jura fidelidad eterna al club UDS, y no trata, ni jamás lo hará, de suplantar o hacerse pasar por él, ni se considera representante ni heredero de dicho club”. En la ciudad salmantina también juega el Salamanca CF, que, bajo la propiedad del mexicano Manuel Lovato, utiliza un escudo similar al de la extinta sociedad y juega en El Helmántico. El rival local fue la última víctima del Unionistas (1-0).

“El club está en un momento de crecimiento, hay mucha alegría. Estamos súper contentos por eso, además, lógicamente, de por los resultados. El club se crea en la última categoría para que jueguen los chicos de la cantera y 7 años después sueña con el fútbol profesional”, apunta Hernán, que se ha llevado con él a Héctor Nespral. Esta temporada, sin poder entrar al nuevo campo construido por el Ayuntamiento, han logrado 2.500 socios.

Hernán es realista: “Somos el último o penúltimo presupuesto del grupo... Dépor, Pontevedra o Racing de Ferrol tendrían que sacarnos muchos puntos, pero estamos ahí y lo vamos a intentar”. Ante el Deportivo llegó su única derrota del curso. Su trayectoria ha dado un salto adelante, pero él prefiere no pensar a largo plazo, “ya sabemos lo volátil que es la carrera de entrenador, intento disfrutar de cada momento.

Estoy en un club que no ha hecho más que conseguir ascensos y que tiene el techo más lejos de Segunda B, la manera de crecer es a través de ascender al club. A nivel personal, el año es espectacular, porque Salamanca tiene de todo, está cerca y nuestros padres pueden ir a ver al nieto... el único problema es que hace demasiado frío, y eso que nos dicen que todavía no ha empezado”.

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