El Real Avilés se decantó en la tarde de ayer por Luis Rueda para suplir a Abraham Albarrán al frente del equipo blanquiazul tras descartar otras opciones que había contemplado, como Dani Borreguero o Julio Llanos. El técnico ovetense, de 45 años, llega al equipo del Suárez Puerta advirtiendo de que en el fútbol los milagros no existen y que las camisetas, por mucha historia que tengan detrás, no ganan partidos: “Soy de los que pienso que las camisetas no ganan partidos, que el verde, el campo, es el que dicta sentencia y que tenemos que tener claro que somos un equipo de Tercera”, declaraba a LA NUEVA ESPAÑA minutos después de cerrar un acuerdo con el club avilesino.
Una de las recetas que piensa aplicar el nuevo entrenador a su equipo es la de la humildad: “Con la humildad por bandera, intentaré cumplir lo que se me ha pedido desde el club”. Una de las grandes preocupaciones que tiene el nuevo entrenador del Avilés es el poco tiempo que le queda por delante para intentar imponer su estilo al equipo y que, además, sea competitivo y luche por el objetivo del ascenso: “Tenemos muchísimo trabajo y muy poco tiempo, quedan ocho partidos y los entrenadores necesitamos tiempo, hacer una buena pretemporada; pero la situación es la que es”, señalaba.
En esta situación, Luis Rueda se acoge a la máxima del “partido a partido”. No le queda otra. “Tenemos que jugar cada partido como si fuera el último y ahora solo podemos pensar en ganar al Mosconia el domingo, que es un partido importantísimo”. Un partido en el que, dice, él estará en segundo plano, puesto que hoy, a las 16:30 horas, dirigirá su primer entrenamiento: “Yo el domingo estaré en segundo plano, es el actual cuerpo técnico (Matías Vigil ha sido el que ha llevado los entrenamientos tras la destitución de Abraham el pasado lunes) el que está haciendo el trabajo”. Cuando pase ese partido, Rueda intentará dar las primeras pinceladas a lo que espera sea un proyecto a medio y largo plazo: “Quiero poner las bases para que a medio plazo tengamos un proyecto a la altura del club y de la ciudad”, añadía.
Para esta temporada, uno de sus objetivo es “quitar la etiqueta de que se pueden conseguir cosas solo con el nombre”. Considera que tiene “una plantilla aceptable para Tercera”. También sabe que los partidos que tiene por delante serán como un torneo corto para entrar entre los tres primeros del subgrupo A y aspirar al ascenso a Segunda B: “Lo que pasa es que los que están por arriba tienen más puntos”, advierte. Otro de los retos que tiene en adelante es el de integrar a los últimos fichajes que ha hecho el club. “No soy mucho de informes, necesito contacto con ellos en el campo, ver en qué condiciones llegan porque necesitamos que el rendimiento sea inmediato”.
El que fuera entrenador, entre otros, del Llanes, el Covadonga, el Santa Eulalia (Islas Baleares), el Lanzarote o el Pájara Playas, estos dos últimos en Segunda B, asegura que fue el Avilés el que le llamó y que espera que a final de temporada pueda, si todo el mundo está de satisfecho, seguir para hacer “un proyecto a medio plazo”. El último reto que afrontó Luis Rueda como entrenador fue el de dirigir la selección asturiana que participa en la Copa de las Regiones UEFA, en 2019, ganando a la selección valenciana y cayendo contra Andalucía, por lo que Asturias no pudo seguir adelante en esta competición. Ahora vuelve con el objetivo de llevar lo más rápido posible al Avilés a Segunda B.
