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Raúl Entrerríos, capitán de la selección española de balonmano: El triunfo de un tipo humilde

El padre del jugador gijonés: “Le digo que estoy muy orgulloso y él me dice que es lo que vio en casa”

Raúl Enterríos durante el Mundial EFE

Raúl Entrerríos lo ha ganado todo y casi todo muchas veces, tiene un palmarés irrepetible y está a solo un partido con la selección española de balonmano de superar el récord de internacionalidades de David Barrufet (280). El próximo viernes cumplirá 40 años y espera culminar su extraordinaria trayectoria este verano en los Juegos Olímpicos de Tokio. Está en lo más alto y aun así los que le conocen y han convivido con él coinciden cuando se les pide que definan al este gijonés ilustre: “Lo que más destaca de Raúl es su humildad”.

Podría ser extraño para alguien que ha triunfado tantas veces, pero quizás lo sería más para alguien que hubiera crecido en otro sitio y con otra gente. “Todos lo que lo conocen, a él y a su hermano Alberto, te dice que nunca tuvieron un mal gesto con nadie”, dice José Manuel Entrerríos, orgulloso padre de dos históricos del balonmano español y de una exjugadora de voleibol que, cuenta José Manuel, lo dejó pronto por los estudios pero que también lo hacía muy bien.

“Son unos chavales fuera de serie, tanto en lo deportivo como en lo humano; con Raúl, algunas veces, hablando con él, le digo que estoy muy orgulloso de él y de cómo es, que tiene un padre que le adora, y su respuesta es que lo que hacen es lo que él y sus hermanos vieron en casa”. José Manuel le da todo el mérito de ello a la madre, María Luz Rodríguez, fallecida en 2010: “Tengo que confesar que fue más por parte de la madre, fue ella la que les dio esa educación de casa, que a veces es más importante que la otra, porque yo trabajaba muchas horas, trabajé toda la vida en el sector del automóvil, los últimos años en la Opel de Gijón, de recepción en el taller, atendiendo a clientes y mecánicos”, relata.

“Los que le conocen dicen que nunca tuvo un mal gesto con nadie”

José Manuel Entrerríos - Padre de Raúl Entrerríos

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Un origen humilde y trabajador que ha dejado huella en los buenos y en los malos momentos, que también los ha habido y que son la otra cara de la moneda también para su padre: “Un palo muy grande se lo llevó cuando se lesionó antes del Mundial de 2013, que se jugaba en España, lloró mucho, como un niño; cuando me hacen preguntas es porque han ganado algo y lo disfruto mucho; pero también llevo decepciones, si a ellos no les salen bien las cosas yo es que prácticamente ni hablo”.

El origen humilde de Raúl y la forma en la que comenzó a gestarse la trayectoria del gijonés la conoce bien Alberto Suárez, ahora entrenador del Villa de Aranda, de la Liga Asobal. “Creció en el barrio de Contrueces, en el colegio Noega, donde empezó a jugar; era un barrio humilde, de gente trabajadora, el padre creo que jugó al fútbol en Tercera y les inculcó el tema del deporte, la hermana jugaba también al voleibol. En su momento coincidí con Alberto y luego con Raúl”, explica. Para Suárez, Raúl es “un chico con las ideas muy claras, su primera novia es su mujer, era buen estudiante, de buenas notas, preparado para el futuro; nunca hubo que estar encima de él”.

Es un chico con las ideas muy claras, nunca hubo que estar encima de él

Alberto Suárez - Entrenador

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Alberto Suárez todavía se sorprende al acordarse del niño Raúl, que era “muy delgadito”. Un niño que, por culpa del entrenador gijonés, ganó su primer título como jugador de balonmano siendo portero: “El primer campeonato que consiguió fue un campeonato de Asturias benjamín que jugábamos contra el Corazón de María en La Arena. Por entonces él no destacaba mucho, era muy delgado, y algo pasó con el portero que no pudo venir y le puse a él. Y ganamos. Ese fue su primer título”.

“Uno de los grandes”

Han pasado muchos años de eso y ahora Alberto Suárez tiene claro lo que supone la figura de Raúl Entrerríos en el balonmano: “Es uno de los más grandes y me llama la atención el momento de forma en el que está”. Lo que no le extraña es que quiera poner la guinda a su carrera en unos Juegos Olímpicos: “Para un jugador de balonmano, los Juegos son lo máximo”.

Es muy buena gente, aún mejor como persona que como jugador”

Rubén Garabaya - Exjugador internacional

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Otro asturiano que ha compartido éxitos con Raúl Entrerríos es el avilesino Rubén Garabaya, exjugador internacional que ha coincidido con él en la selección española y, curiosamente, nunca en un club. Y eso que Garabaya ha pasado por los tres en los que ha jugado Raúl (Ademar León, Valladolid y Barcelona). “Nos íbamos persiguiendo”, reconoce con humor el pivote, que vistió 168 veces la camiseta nacional. El avilesino tiene claro lo que destacaría de su excompañero: “Que es un tío normal, modesto, que lo hace todo con naturalidad y normalidad y que es muy buena gente, como persona es casi mejor que como jugador”. Reconoce Garabaya que el balonmano no es muy dado a “las estrellas”. Pero, a pesar de la humildad, también le admira por lo que es capaz de hacer en la pista: “Es bueno en todo, pero en lo que es el mejor del mundo es en el dominio del ciclo de pasos; cuando da los tres pasos y bota es el que más cosas es capaz de hacer bien”. Otra de las cosas que valora de su excompañero es el nivel que está dando siendo ya un veterano: “El balonmano es cada vez más físico y aun así está aportando a un nivel muy alto y dando muchos minutos de calidad”.

Si Raúl Entrerríos hubiera sido futbolista sería alguien que movería masas

Diego Dorado - Entrenador

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Otro que siente orgullo y admiración por alguien con el que compartió vestuario cuando era jugador es Diego Dorado, exjugador y entrenador: “Siempre fue un jugador que destacaba por sus cualidades técnicas y tácticas”. Una de las grandes virtudes que destaca de él es su “inteligencia”. También Dorado se une a la legión que habla de Raúl como “un tipo humilde, trabajador y al que nadie ha regalado nada”. El entrenador se imagina que Raúl hubiera ganado todo lo que ha ganado siendo futbolista: “Sería alguien que mueve masas, aunque los amantes del deporte lo valoramos mucho”.

Ha trabajado mucho por estar donde está; en Dinamarca Raúl sería Dios

Jessica Alonso - Exjugadora internacional

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La gijonesa Jessica Alonso, medallista olímpica, rememora cuando coincidieron las selecciones masculina y femenina en los Juegos de Londres: “Es una persona humilde, que ha trabajado mucho por estar donde está; alguien del que sentirse orgulloso”. Tanto que asegura que Raúl Entrerríos “en Dinamarca sería Dios”.

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