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Piragüismo

El luanquín Miguel García, al frente del K-4 español en la Olimpiada de Tokio, un referente con diplomas olímpicos

Sus primeros Juegos como deportista fueron en Barcelona-92, pero aquel K-4 no pasó la ronda de semifinales; en 1996, en Gainesville, paleó y logró dos diplomas olímpicos

Miguel García, a la derecha, con Saúl Craviotto.

Miguel García Fernández, (Luanco, 6/2/1973) actual responsable técnico del K-4 500 metros que representará a España en los Juegos Olímpicos de Tokio, es buena parte de la historia reciente del piragüismo de este país. Dentro de poco, se cumplirá un cuarto de siglo desde que el gozoniego palease el K-4 1.000 metros, formando tripulación con Jovino González Comesaña, Emilio Merchán Alonso y Gregorio Vicente Hernández, en el año 1996, en Gainesville (Estados Unidos), en la Olimpiada de Atlanta, copando la quinta plaza –diploma olímpico-, siendo el dorado metal para los alemanes. Además, el asturiano conseguía otro diploma, esta vez por su sexto puesto en K-1 500 metros.  El luanquín tiene, además, el reconocimiento del sector: hace dos años recibía en la sede del Comité Olímpico Español (COE) el premio a los Valores Olímpicos, en reconocimiento "a su importante labor y contribución al Olimpismo". García recogió el galardón de manos del presidente del COE, Alejandro Blanco.

 Ahora, dentro de unos pocos meses, siempre y cuando la incertidumbre de la pandemia no conlleve nuevos retrasos, Miguel García estará al frente del K-4 500 metros en la cita olímpica nipona, pero en esa oportunidad como máximo responsable técnico de ese barco, al que muchos apuntan con notables opciones de luchar por las medallas, sin descartar el oro –con permiso de los teutones, siempre favoritos en las grandes gestas-. Atrás, pues, agua pasada no mueve molino, quedarán los tenebrosos días que tuvieron como epicentro en el embalse de Trasona (Corvera), en pleno selectivo para la configuración del cuarteto que tripulará ese barco en Tokio. 

Si nada cambia, el gallego Carlos Arévalo López (Betanzos, 6/11/93), ganador de los controles K-1 200 metros, junto al tetramedallista olímpico Saúl Craviotto Rivero (Lérida, 3/11/84), el mallorquín Marcus Cooper Walz (Osford, 3/10/94) y el también gallego Rodrigo Germade Barreiro (Cangas de Morrazo, 23/8/90), serán los elegidos como tripulantes del K-4 500 metros en los Juegos Olímpicos de Pekin-2021, cuarteto que es vigente subcampeón del Mundo (Szeged, 2019) en esa modalidad y distancia, aunque, con anterioridad a la cita olímpica, competirán en la Copa del Mundo sprint olímpico (en aguas húngaras de Szeged, del 14 al 16 de mayo). 

 En la anterior olimpiada, en Río de Janeiro-2016, la K-4 1.000 metros del equipo nacional español, con Luis Brasero Merino de responsable técnico, configurada por el parragués Javier Hernanz Agüeira –que también fue olímpico en los Juegos de Atenas, aunque en aquella oportunidad en K-2-, junto con los gallegos Óscar Carrera y Rodrigo Germade y el vasco Íñigo Peña Arriola, cosecharon un quinto puesto y, por ende, diploma olímpico. Las medallas se las repartieron los representantes de Alemania, Eslovaquia y República Checa, en tanto, el cuarto puesto fue para Australia. 

Entrenamiento en aguas de Trasona.

 El K-4 de la selección española siempre ha sido uno de los iconos del piragüismo de este país en aguas tranquilas, pese a no clasificarse para Juegos Olímpicos de Sydney, Atenas, Pekín y Londres, aunque sí acudieron a esas citas otras modalidades y especialidades (kayak y canoa). Reseñar el K-4 español es recordar inolvidables épocas de los palistas Chema Esteban Celorrio, el ceutí Díaz Flor, el candasín Herminio Menéndez y el gallego Misioné, medalla de plata en Montreal (1976), batidos por la Unión Soviética; y campeones del Mundo en Belgrado (1975). 

El K4 debutó como prueba olímpica en la Olimpiada de Tokio (1964), pero la primera presencia española fue cuatro años después, en México (1968), quedando últimos en las series, y cuartos (de 5) en la repesca. Los pioneros fueron Pachi Perurena –actual presidente de la Federación Internacional de Piragüismo-, Ángel Villar, Gerardo López y Pedro Cuesta, y ninguno repitió en la segunda aparición olímpica de este barco, de nuevo con idéntico resultado de caer en las series de Múnich (1972). En esa ocasión los elegidos fueron el candasín Herminio Menéndez, Álvaro López, Javier Sanz, y Chema Esteban Celorrio. 

Tras Montreal, el K-4 de España no logró clasificarse para los Juegos Olímpicos de 1980, volviendo a alcanzar la final en Los Ángeles (1984), con el sexto puesto de Iván González, Luis Gregorio Ramos, Juan José Román y Juan Manuel Sánchez. Estos dos últimos repitieron participación en Seúl (1988), con Fernando Fuentes y Javier Álvarez, eliminados en las semifinales, mientras que en los Juegos de Barcelona-92 tampoco se logró superar la ronda de semifinales, esta vez con Gregorio Vicente, Alberto Sánchez, el luanquín Miguel Garcia y Francisco Cabezas. 

La última final olímpica del K-4 español (Hernanz, Carrera, Germade y Piña), aconteció el 20 de agosto de 2016, en la laguna Rodrigo de Freitas, en aguas brasileñas, en Río de Janeiro. Ahora, se abre otra puerta a la esperanza de ver al cuarteto del combinado de España peleando por el podio en Tokio-2021. Y es que, a veces, los sueños se hacen realidad, sobremanera cuando el piragüismo ha sido la disciplina más laureada para la delegación española en la anterior cita olímpica.

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