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Asturias perfila la Superliga que vendrá: "El ADN es la competitividad"

“El fútbol no está concebido como el baloncesto”, analiza Luis Carlos Sánchez, profesor de la Universidad de Oviedo

Luis Carlos Sánchez, ayer Luisma Murias

Una Superliga, sí. Esta Superliga, no. En el mundo del fútbol siguen lanzándose los puñales por el huracán de torneo frustrado de los grandes equipos del continente. Pero el problema de fondo sigue. ¿Hacia dónde evolucionará la industria del balón tras el covid? De momento, la UEFA se ha apuntado una pequeña victoria, en ningún caso definitiva debido a la posición de muchos grandes clubes, que pese al fracaso de la competición proyectada por Florentino Pérez siguen aspirando a poder sacar mayor tajada económica, al fin y al cabo el melón de todo este asunto de despachos. Pese a que el proyecto parece enterrado, la creación en el futuro de un torneo que guarde cierto parecido con la Superliga parece inevitable.

Lo dice con seguridad el asturiano Luis Carlos Sánchez (Oviedo, 1979), profesor en la facultad de Economía de Oviedo y autor de la tesis doctoral “Influencia de la propiedad en la gestión de los equipos de fútbol europeos”. En su opinión, el problema de base de todo el conflicto ha sido que la Superliga se ha planteado como una imposición y no como una negociación. “Es sorprendente lo poco amarrado que tenían este proyecto. Solo eran doce equipos, querían aspirar a ser veinte, y ni siquiera sabían a quién iban a llamar. Que no hubiese ningún representante alemán era la antesala del fracaso”, explica Sánchez, que desgrana no obstante el papel de la UEFA en los últimos años y la explicación al hartazgo de los clubes. “La UEFA, hasta la creación de la Liga de Campeones, era una asociación que obtenía dinero a través de las Eurocopas, que hace años no pasaban de ser torneos modestos. La Liga de Campeones la ha catapultado como la federación con mayores recursos del fútbol y una amenaza real para la FIFA. Las dos instituciones han impulsado varios torneos en los últimos años que han sido un fracaso. Y en eso sí tienen razón los clubes. Hay una inflación de competiciones que acabará siendo insostenible”.

Es precisamente ese argumento a favor de los clubes, el que ha quedado dilapidado por el fracaso de la Superliga. “Quitar torneos de verano y partidos de selecciones que no pintan nada no tiene porque significar menos dinero para los clubes. Pero, precisamente por eso, la Superliga ha estado muy mal planteada. No han sabido poner en el foco las cosas que hace mal la UEFA y se han quedado sin respaldo popular”, sostiene el economista, que razona el que para él ha sido el principal error de forma de los impulsores de la Superliga. “No plantearon el asunto como algo ilusionante, sino más bien como un golpe de estado. Haciendo un símil, sacaron los tanques a la calle y cuando estaban preparados para disparar cayeron en el detalle de que eran solo doce equipos. Además, Florentino Pérez se quedó solo e incomprensiblemente cogió el rol de líder sin ninguna garantía. Florentino quiere ser el nuevo Santiago Bernabéu, pero alguien debería recordarle que cuando Bernabéu participó en la remodelación de la Copa de Europa lo primero que hizo fue convencer a la UEFA”.

A juicio de Sánchez, además, Florentino ha fallado en los argumentos. “La situación económica que presenta no es real. En muchos casos ha habido récord de ingresos y además el Madrid está en una mejor situación que otros clubes. El Barcelona, en cambio, vive una crisis dramática”.

Otro factor que ha jugado en contra de la Superliga ha sido la excesiva dependencia de los inversores norteamericanos, los encargados de financiar el torneo. “Dio la sensación de que Florentino se hizo abogado de los inversores. Solo habló de millones, cuando lo que tiene son socios. Nunca es solución, de cara al mundo del fútbol, montar un coto cerrado”. Pese al fracaso, Sánchez sostiene que un formato similar a la Superliga acabará llegando al fútbol europeo, “parece inevitable”, aunque habrá matices. “El fútbol no está concebido como el baloncesto y una competición cerrada no tiene ningún futuro. El adn del fútbol es la competitividad. ¿Cómo sabemos que el Eibar nunca va a jugar la Liga de Campeones? En los años cincuenta hubo una propuesta para crear una Liga Europea y los representantes de España iban a ser el Athletic de Bilbao y el Real Madrid. Hoy en día no vemos al Athletic en esa competición, pero ese es el verdadero espíritu del fútbol”.

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