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Champi enseñó el camino al Oviedo Baloncesto

Javier Rodríguez, máximo anotador histórico del OCB, se retiró tras el primer ascenso del club a LEB Plata: “Lo pasábamos muy bien”

Javier Rodríguez, Champi, ayer, en La Corredoria. Luisma Murias

“Estadísticamente puedo ser el primero, pero tienen mucho más mérito Víctor Pérez o Arteaga”. Para Javier Rodríguez Uría, conocido deportivamente como Champi, su liderazgo en el ranking histórico de anotadores del Club Baloncesto Oviedo necesita un asterisco. Porque Champi sumó 1.978 puntos en sus cinco temporadas, una en Primera Nacional, tres en Liga EBA y una en LEB Bronce, mientras que dos de los jugadores más importantes de la época reciente lo han hecho en LEB Oro. Pero todos han contribuido a la grandeza del club.

Tras empezar a jugar en la cantera del colegio Ecole, Javier Rodríguez Uría (Oviedo, 26 de noviembre de 1981) conoció por primera vez los pros y los contras del baloncesto de competición en León, mientras estudiaba la carrera. “No jugaba prácticamente nada y prioricé los estudios”, dice sobre sus temporadas en el Elmar y Universidad de León, en Liga EBA. A su vuelta a Oviedo, en 2005, se incorporó a un OCB recién descendido a Primera Nacional.

Ayudó a devolverlo a EBA y, en 2008, a dar el salto hasta la LEB Bronce, aunque la desaparición de esta categoría obligó al club a dar un paso atrás. Para tomar impulso, porque en 2009-10 logró llegar a LEB Plata, punto final de la carrera de Champi: “No fue porque yo quisiera. Arrastraba problemas de espalda desde hacía años y esa temporada también sufría fascitis plantar. Me quedé con el caramelo en la boca, pero prioricé la salud”.

Dejó esos 1.978 puntos en 130 partidos y se llevó un puñado de experiencias: “Disfruté del baloncesto con un grupo de jugadores como los hermanos Macía, Guillermo Arenas, Agustín Prieto, Javier Candás o Albano Fernández. Teníamos un equipo competitivo y lo pasábamos muy bien”.

Pese a su facilidad anotadora, Champi se veía como un jugador “bastante regular, capturaba bastantes rebotes. Éramos una plantilla muy equilibrada, todos jugábamos bastantes minutos”. Reconoce que en su mejor momento escuchó “algún canto de sirena” para ir a jugar fuera de Asturias, “pero tenía el trabajo y mi vida montada aquí”.

Eran tiempos en que no había problema de aforo en Pumarín. “Me tocó vivir un crecimiento moderado del club. Al principio iba muy poca gente a los partidos, aunque en las fases de ascenso se llenaban las gradas”. Por eso se sorprendió cuando, años después, volvió a Pumarín como aficionado: “Cuando me advirtieron de que tenía que sacar la entrada una hora antes no me lo podía creer. Me hubiera gustado estar ahí, quizá si las lesiones me hubieran respetado... pero tampoco le doy muchas vueltas”.

Champi da todo el mérito a los dirigentes del club, “que siempre han trabajado con mucho interés e ilusión, con Fernando Villabella a la cabeza”. Javier Rodríguez fue un asiduo de Pumarín en la primera temporada de LEB Oro (2013-14), pero las obligaciones familiares fueron alejándole de su club. “Pero estoy al día por mis padres, que no se pierden un partido”, matiza.

Desde la distancia disfruta del equipo actual: “Héctor Galán, el gurú de los fichajes, tiene mucho mérito. El cuerpo técnico es de primer nivel y ha formado un gran equipo con jugadores que no parecían de relumbrón”.

Víctor: “Se ven capaces de ganar a cualquiera”


Víctor Pérez puso fin el pasado verano a su etapa en el OCB, tras una temporada en LEB Plata y siete en Oro, con 1.971 puntos en 232 partidos. “No deja de ser historia del club, pero me quedo con la huella que dejé en los pequeños”, señala el andaluz, actualmente en el Ciudad de Huelva de EBA. Desde la distancia, el alero disfruta con la temporada de su exclub: “Hablo todos los días con Arteaga y me dice que este equipo es parecido al de la primera temporada en LEB Oro. Se ven capaces de ganar a cualquiera”.

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